Crítica
Uno de los grandes clásicos de la ciencia ficción, as como del cine de los 60, es una grandiosa metáfora sobre el peligro de las guerras nucleares en plena Guerra Fría. O del racismo. O de la xenofobia. O del imperialismo exacerbado. O de la esclavitud. Quizá la verdadera grandeza de la cinta es que esa metáfora aterradora está construida sobre un relato de ciencia ficción con toques de cuento satírico y fábula filosófica, lo que confieren al conjunto toda una vocación intelectual, pero sin renunciar al más puro entretenimiento. Todo lo hay en esta espléndida distopía, que ha pasado a la historia por su monumental argumento dentro de un escenario tan postapocalíptico.