Generic selectors
Exact matches only
Search in title
Search in content
Post Type Selectors

El príncipe de Zamunda

Caratula de "El rey de Zamunda" (2021) - Pantalla 90

Crítica

Público recomendado: +7

Película estrenada en plataformas

En El rey de Zamunda Eddie Murphy recupera el personaje de Akeem, el príncipe africano que en El príncipe de Zamunda (John Landis, 1988) viajaba a Nueva York con Semmi (Arsenio Hall), su asistente, para intentar encontrar a una esposa inteligente y no sumisa. Akeem ahora es feliz en su matrimonio con Lisa (Shari Headley) y sus tres hijas. La mayor, Meeka (KiKi Layne), aspira a ser la heredera oficial del reino, pero la ley de Zamundia exige que sea un hombre quien asuma ese papel.

Akeem descubre en ese momento que tuvo un hijo ilegítimo, Lavelle (Jermaine Fowler), durante su estancia en Estados Unidos y viaja para conocerlo y lograr que se convierta en su heredero. Wesley Snipes, por su parte, interpreta al general Izzi de Nextdoria, que quiere que su hija se case con Lavelle.

De este modo, la propuesta, dirigida en esta ocasión por Craig Brewer y estrenada directamente en Amazon Prime, propone el conflicto dramático de la película original, con un príncipe que se quiere casar por amor en vez de entablar un matrimonio de conveniencia en favor del país. La base de la comedia también vuelve a ser el choque cultural ocasionado por la llegada de un chico de Queens a la parodia de África que representa Zamunda.

Este es quizás el mayor lastre de la película, el hecho de que ofrezca una mera repetición de historia, gags y personajes de la cinta original que quizás fueron divertidos en su momento, pero que ahora solo pueden serlo porque remiten a ellos. No existen riesgos ni novedades. Además, el argumento se alarga con continuas actuaciones musicales y cameos de actores.

Por otro lado, tal y como ocurría en El príncipe de Zamunda, al final del film surge el gran giro: Akeem promete cambiar las leyes para que la heredera pueda ser una mujer y no obligatoriamente un hombre. No obstante, este guiño al feminismo pierde también su efecto porque resulta totalmente previsible, nada original e, incluso, en pleno año 2021, rancio.

El propio Lavelle parece dar la respuesta autorreferencial a toda esta cuestión en una escena del largometraje: comentando que el cine estadounidense solo ofrece historias de superhéroes, remakes y “secuelas de películas antiguas que nadie ha pedido”. En definitiva, El rey de Zamunda supone una especie de viaje nostálgico para Murphy, Hall y el resto del reparto de 1988 que, como mucho, se limita a recordar lo divertida, simpática y entretenida que pudo ser la original en otra época.

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad