Crítica

 Público recomendado: +16

 Con una escasa distribución en nuestras salas, se estrena la película española El radioficionado, primer largometraje de ficción de Iker Elorrieta (I forgot Myself Somewhere) tras pasar por festivales como el de San Sebastián o Tallín. Se trata de la primera ficción en España que da visibilidad al autismo en una persona adulta, y retrata una historia de búsqueda y amistad entre Nikolas y Anne, dos antiguos compañeros de colegio.

Nikolas lleva aparentemente una vida normal, tiene necesidades como cualquiera de nosotros, tiene un trabajo, una rutina, aunque en su caso, bajo unas circunstancias muy distintas. La sociedad no logra entenderle y lleva sobre sí el peso de sentirse diferente. Pero Niko tiene un objetivo: llevar los restos de su madre al mar. Y no un mar cualquiera. El joven lleva años escuchando en su casa la radio VHF desde casa, y conoce al milímetro la costa de Vizcaya, donde su madre quería que fueran esparcidas sus cenizas.

Es una cinta con poco diálogo, de carácter intimista, con gran carga emotiva, y es ahí donde erradica su belleza: una belleza que muestra la fragilidad humana, la originalidad de las personas y la importancia de los cuidados y el respeto. Narrativamente sencilla, no demasiado ambiciosa, busca acercar la realidad de una persona que sufre Trastorno del Espectro Autista (TEA) y hasta qué punto puede complicarse la vida cuando no está debidamente acompañado o cuidado por alguien que sabe cómo hacerlo. La música, de Aitor Extebarria baña de conmoción las imágenes del film, aportándole la carga emotiva que necesitan estas escenas en las que el diálogo es sobrio y escueto.

El músico y productor guerniqués firmó también el documental de Cristina Iglesias, Hondalea, y suscribe el score de Intimidad, serie de Netflix estrenada en 2022. El montaje, en este caso, marca mucho el tono narrativo de la película. El director busca el rostro, la expresión, la emoción del protagonista, y en algunas ocasiones, las de Anne, pues se quiere reflejar la incomprensión, el desaliento… Elorrieta acierta de pleno con la técnica, acota mucho el plano (quizá en algunos momentos se necesita más aire) porque refleja bien el mundo interior de una persona que carece de las herramientas usuales para expresar sus pensamientos y sus sentimientos.

Es una película dura, pero verdaderamente “útil” para entender un poco más cómo puede llegar a sentirse una persona que sufre autismo y sobre todo, cuánto puede ser su frustración al no ser entendida por los que le rodean, y el desconcierto y la impotencia de esos próximos. Quizás sea fruto de mi imaginación, pero creo que en el cine nada es casual… Me gustaría pensar que el detalle de la “capa azul” que lleva nuestro protagonista sobre sus hombros cuando huye de Madrid en moto está hecho con la intención de retratarlo como un “súper héroe”, pues sin duda, estas personas tienen “súper poderes” ocultos, capacidades para provocar en los demás un cambio de esquemas, una mirada diferente.