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El sastre de la mafia

Caratula de "" () - Pantalla 90

Crítica

Público adecuado: +16

Nos llega la ópera prima en la dirección de Graham Moore, guionista de The Imitation Game (Morten Tyldum, 2014). Se trata de un juego narrativo desarrollado en un único espacio y en tiempo real, cuyo principal reclamo es el extraordinario actor Mark Rylance.

Años 50. Leonard es un sastre inglés que acaba en Chicago después de trabajar en la prestigiosa Savile Row londinense. En una fatídica noche su sastrería será el escenario de peligrosas situaciones en las que están involucrados los gangsters de la ciudad. Leonard tendrá que emplear todo su ingenio para sobrevivir.

Es inevitable que una película que se desarrolla en un mismo espacio (la sastrería) y tiempo (excepto por unos breves flash-backs), transmita la impresión de teatro filmado. Por supuesto, el director siempre puede encontrar los recursos cinematográficos para distinguirse, como puede ser el caso de la clásica Doce hombres sin piedad (Twelve Angry Men, Sidney Lumet, 1957). En el caso de El sastre de la mafia, Graham Moore se queda a medias. Si bien al principio encontramos momentos cinematográficos interesantes, como la ilustración del sastre realizando su oficio, según avanza la película y la trama se complica, el funcionamiento se vuelve más teatral. Los personajes hacen entradas y salidas de escena de un modo cada vez más artificial, y ya en el último tramo la propia verosimilitud queda comprometida (quizás hay algún giro sorpresa de más). Además, Moore pone demasiado peso en los diálogos, de modo que el estilo es más expositivo y teatral que visual.

Esto no quita para que la película esté rodada con una cierta caligrafía, que la historia sea suficientemente entretenida y los actores suficientemente buenos para verla con agrado. Pero nunca llega a trascender de un mero pasatiempo basado en un juego ilusorio y un poco artificial.

Lo mejor de la película, como era de esperar, es la interpretación de Mark Rylance, contenida y calmada. Un personaje de “profesional tranquilo” que sin duda tiene ecos del que interpretó en El puente de los espías (Bridge of Spies, Steven Spielberg, 2015).

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