Crítica:
Público recomendado: adultos
Con tan solo unos pocos meses de diferencia, el realizador de origen indio estrena Nosotros en la noche en la plataforma de streaming Netflix, una obra que cuenta con la presencia de nada menos que de Jane Fonda, Robert Redford, y Bruce Dern. La película ha cosechado buenas críticas, y destaca la buena mano que tiene Batra para dirigir dramas sobre la vejez y el paso del tiempo. De este mismo tema habla El sentido de un fin, basada en la novela de Julian Barnes, cuyo otra obra dio como adaptación una de las películas más conmovedoras y entrañables del último cine francés: Love, etc… (1996) de Marion Vernoux. Un relato con corazón, bien contando, aunque algo perdido en su estructura narrativa.
La trama nos presenta a un anciano que descubre que su primer gran amor le cedió en su testamento un diario, que ahora se encuentra en manos de la que fue su exmujer, con la que lleva una difícil relación, y que a la vez es hija de su primer gran amor. El extraordinario reparto, encabezado por Jim Broadbent, brinda una convincente historia, contada en dos líneas temporales: la pasada, donde se detalla la relación del protagonista con su gran amor; y la actual, donde el personaje principal, ya anciano investiga e indaga en la personalidad de su exmujer y de su primera amada. Una película con ciertas similitudes al universo de Joseph Losey, principalmente al de su película El mensajero (1970) donde el personaje de Michael Redgrave es un símil muy claro. Sin embargo, el mayor inconveniente del film es el de no haber aprovechado todos los recursos proporcionados que el texto original le otorgaban, así como el desaprovechado espacio: su escasa ambientación hace que todo huela a telefilm de tarde. La línea temporal presente podría haber contado con un Londres convertido en la ciudad oscura que retrataría la triste vejez del protagonista, mientras que en la línea temporal del pasado supondría un claro contraste con el colorido de aquella etapa “idílica” que es la juventud. La estructura narrativa tampoco ayuda en demasía, pues las líneas temporales se mezclan dando como resultado un relato algo farragoso y confuso
En resumen: una película sencilla, con pretensiones narrativas que se quedan a medias debido a la estructuración del relato. Unas interpretaciones muy correctas, destacando las del ya mencionado Jim Broadbent y la de la veterana Charlotte Rampling.