Crítica
Público recomendado: +12
Esta nueva película se estrenará en los cines el día 9 de diciembre. Anthony Fabian es el que lleva la batuta como director en este largometraje. En cuanto al elenco, está protagonizado por la nominada a los premios BAFTA, Lesley Manville, quien interpreta a Ada Harris. Acompañada de grandes actores como Jason Isaacs, Anna Chancellor o Isabelle Huppert. Sin olvidar a Philippe Bertin, quien pone cara al gran maestro de la moda Christian Dior.
El viaje a París de la señora Harris es una de esas películas que te llenan el corazón. Y más en estas fechas tan navideñas. Se trata de una adaptación de la novela “Flores para la señora Harris” escrita en 1958 por el escritor y periodista Paul Gallico. Este film nos sitúa en los años 50 en Londres. Su protagonista es Ada Harris, una señora de la limpieza que enviuda pero que se enamora perdidamente de un vestido de Dior. Por ello, decide que debe hacerse con uno y ahí es cuando comienza su aventura hacia París para conseguirlo.
Desde el punto de vista técnico, hay numerosos factores que influyen y ayudan a que esta película sea una obra de arte. Lo más destacable de este largometraje es el excelente uso de la luz. La iluminación es algo fundamental en el cine ya que gracias a ella somos capaces de descubrir una infinidad de elementos imperceptibles para el ojo humano. La luz ilumina a la señora Harris en su aventura por París. Cuando Ada se encuentra en esta ciudad podemos verla feliz, alegre y con un brillo en los ojos que le permitirá ser capaz de todo. Sin embargo, cuando la observamos paseando por las calles de Londres, la iluminación cambia y es mucho más sombría y lúgubre. Su mirada se apaga y la felicidad de la Ada se desvanece en el oscuro cielo de Londres.
La puesta en escena es impecable y el director juega muy bien con la disposición de los planos. Cada vez que Fabian quiere adentrarse en la psicología de su protagonista (la señora Harris) la introduce con un primer plano de su cara, gracias al cual el espectador puede ahondar en la inmensidad de este personaje. Así mismo los diálogos son muy intensos y profundos, jugando con diferentes visiones filosóficas de cómo comprender el mundo y la vida. La música no se queda atrás puesto que todas las composiciones que se emplean en esta filmación tienen una nota nostálgica, pero a la vez optimista de lo que la vida y el destino es capaz de darnos. Un ejemplo de ello es la espectacular interpretación de It´s been a long long time de Louis Armstrong.
En cuanto a los temas, hay una gran variedad, pero el principal reside en mostrar la diferencia entre los distintos tipos de estratos sociales que existen dentro de una sociedad. El director demuestra en este largometraje que la nobleza no la marca necesariamente el hecho de pertenecer a una “buena familia”, sino que la nobleza que importa es la que rige nuestro corazón. La historia está perfectamente conducida contando y mostrando la complejidad de las relaciones humanas y sugiriendo que las personas a pesar de su fachada pueden ser mucho más de lo que vemos a simple vista.
El feminismo también está presente en esta película, pero no de manera forzada, al contrario, se introduce de una forma muy elegante e ingeniosa, por ejemplo, en el personaje de Natasha, una joven que quiere abandonar el modelaje y desea estudiar. El glamour y el encanto de la alta costura también están representados en este film, teniendo como su máxima representación los preciosos vestidos que podemos ver en la pantalla de la marca Dior.
La película va mostrando los momentos en la vida de Ada. Su pasado, con su querido Eddie, su presente, con su inseparable amiga Vi y la incertidumbre que le deparará el futuro. Según van transcurriendo las escenas, podemos darnos cuenta de lo importante que ha sido Ada en la vida de los que la rodeaban y lo mucho que les ha ido ayudando en todos los momentos difíciles.
Como ya hemos dicho anteriormente, no son pocos los momentos en los que nuestra protagonista ayuda a los demás a lo largo de la película. En su trabajo, siempre intenta hacer sus labores de la mejor manera posible y contentar a sus jefes, a pesar de que algunos no la paguen lo que le deben. Con sus amistades, lo mismo, siempre intenta satisfacerles y ayudarles en todo lo que ella pueda. No podemos olvidarnos de su aventura en París y de cómo consigue anteponerse a las dificultades y salvar el puesto de trabajo a muchas de las personas que trabajan en la marca Dior.
Es así como Ada Harris se convierte en una hada madrina y ahí es donde radica su grandeza, puesto que ella no es consciente en ningún momento de todo el bien que hace. Todos y cada uno de los sacrificios que realiza a lo largo de la película son voluntarios y en ningún momento forzados, ya que ella es feliz viendo como los demás consiguen alcanzar sus sueños, aunque ella no pueda hacerlo con los suyos. Sin embargo, Ada se siente una perdedora y piensa que es invisible para el resto.
Esta historia muestra las conexiones entre las personas y la razón real por la cual existimos. El viaje a París de la señora Harris nos relata una moraleja clara: la vida, aunque tenga un sentido oculto e indescifrable, tiene un propósito no individual, sino común y colectivo.; ya que siempre habrá alguien que nos tienda una mano amiga y, al fin y al cabo, todo sucede por una u otra razón. Este largometraje nos relata lo que significa la bondad y nos muestra que, a día de hoy, siguen existiendo personas maravillosas que siempre estarán dispuestas a hacernos la vida un poquito más fácil.
Ahí es cuando entra el contrapunto filosófico. Esta película está cargada de mensajes subliminales que nos hacen abrir los ojos y descubrir que el personaje de Ada Harris no es ni más ni menos que el de un ángel de la guarda. Y así es, Ada es el ángel de la guarda de todas las personas con las que se cruce en el camino. No importa quienes sean ni como sean, ella consigue sacar su lado noble y les permite olvidar la maldad y el dolor que les ha invadido. De una forma u otra, podemos relacionar su personaje con el de Clarence, de la película Qué bello es vivir. Ambos ayudan a los demás y consiguen hacerles abrir los ojos, por ello, tanto Ada como Clarence, desde el punto de vista cristiano, son milagros vivientes que lo único que pretenden es hacer el bien.
Esta película es una fábula perfecta y un canto a la bondad rebosante de buenos sentimientos y de formidables interpretaciones. Hablamos de un relato existencialista y estremecedor de una mujer a la que la vida no ha tratado demasiado bien pero que, a pesar de todo, sigue luchando por sus sueños sin perder en ningún momento su encantadora sonrisa.
En definitiva, en este 2022 y gracias a Anthony Fabian, podremos visualizar una obra maestra tan oportuna como imprescindible. Un cine grandioso y tremendamente humano al que se podría calificar de milagroso. Este viaje convertido en película es una oda que nos permite creer de nuevo en el ser humano y que nos anima, como bien dice Ada Harris, a perseguir nuestros sueños, sin importar quienes seamos ni de donde vengamos, puesto que todos merecemos alcanzar la felicidad.