Generic selectors
Exact matches only
Search in title
Search in content
Post Type Selectors

Election. La noche de las bestias

Caratula de "" () - Pantalla 90

Crítica:

Público recomendado: Adultos

Nadie daba un centavo por The Purge. La noche de las bestias. Aunque tenía un punto de partida inquietante en esencia no era más que una cinta de acoso y derribo a una apacible familia en una agradable zona residencial de Estados Unidos. Sin embargo la saga, con unos presupuestos ínfimos (la primera entrega costó tres millones y recaudó casi cien) ahondaba de forma cada vez más profunda y dolorosa en algunas de las cuestiones que más enorgullecen al estilo de vida americana empezando por la propia cultura de las armas.

Paralelamente detrás del proyecto, además de su director y guionista, James DeMonaco, responsable de las tres entregas hay dos nombres a tener en cuenta. Por un lado el siempre temible Michael Bay (director de la saga Transformers), rara es la película buena en la que aparece su nombre. Por otro lado tenemos a Jason Blum, productor de la cinta y un nombre fundamental del terror de los últimos años responsable de títulos de bajo coste, generosas ganancias y nada desdeñables resultados artísticos como Paranormal Activity, Insidious, Sinister, Oculus. El espejo del mal o La visita entre otros.

Election. La noche de las bestias continua con las andanzas de Leo Burns (Frank Grillo) un ex sargento de la policía que en la anterior entrega, Anarchy. La noche de las bestias era el encargado de solucionar la papeleta. Ahora, Burns es el encargado de la seguridad de una senadora empeñada en terminar con la purga, ese estado de excepción moral en el que durante doce horas no existen delitos y las mayores atrocidades son legales. Llegada la consabida noche de la purga, la senadora no quiere ocultarse en un bunker y decide pasar la noche en su casa aunque eso sí, bien flanqueada por un nutrido equipo de seguridad. Sin embargo, los llamados Padres Fundadores de estos nuevos Estados Unidos deciden utilizar la purga para quitarse, ellos también, algún que otro mosquito impertinente.

Election. La noche de las bestias es de una simplicidad abrumadora si bien es cierto que, vale la pena admitirlo, está bien plantada. Pese a que la situación puede parecer repetitiva DeMonaco sabe cómo incrementar el sentimiento de inquietud y más aún, la sensación fantastique del conjunto. Esto es que, aunque no estemos viendo una película estrictamente de terror, su director y guionista consigue transmitir esa sensación y para esto se sirve de las lecciones aprendidas en títulos con los que comparte más de un punto en común como Asalto a la comisaría del distrito 13 y  1997. Rescate en Nueva York del maestro John Carpenter.

Es cierto que a Election. La noche de las bestias le sobran veinte minutos pero también es verdad que para la materia prima de la que partía bastante ha hecho DeMonaco con una cinta que incluso una vez vista, invita a hablar de política y todo. Un logro.

 

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad