Crítica
Público recomendado: Jóvenes y Adultos
Nos llega la última película de Quentin Tarantino, un director que rompió los esquemas a principios de los noventa con Reservoir dogs y Pulp Fiction ganándose la atención de toda una generación y marcando la carrera de muchos jóvenes cineastas. Siguió una filmografía de películas brillantes y siempre muy personales, definidas por una estética de la violencia, un concepto sarcástico del western y mucha carga de referentes de la cultura popular.
En su última película nos ofrece una obra más sosegada, en cierto modo más intimista, sobre un actor del Hollywood de 1969, Rick Dalton (Leonardo DiCaprio), que empieza a darse cuenta de que ya no tiene un lugar en el futuro, y de que debe probar suerte en la Italia de los spaguetti westerns. A su lado siempre va Cliff Booth (Brad Pitt), el actor especialista que hace su doble en las escenas peligrosas, y que le hace de chófer, amigo, servicio doméstico y chico para todo. Mientras Rick constata su declive, sus nuevos vecinos Roman Polanski (Rafal Zawierucha) y Sharon Tate (Margot Robbie) parecen empezar a disfrutar de su momento de gloria.
Monumental homenaje al Hollywood de aquellos años, que disfrutarán más los que más sepan de aquella época. Porque las referencias históricas son continuas y descienden al detalle de nombres, lugares y hechos. Por la película desfilarán Bruce Lee (Mike Moh) y su halo de gurú de las artes marciales, Steve McQueen (Damian Lewis), Sharon Tate y su último film The wrecking crew. Cenaremos con ella en El coyote, el restaurante donde cenó la noche en que fue asesinada, nos encontraremos con la familia Manson y con la delincuente Squeaky Fromme (Dakota Fanning) en el famoso rancho Spahn, escucharemos a los grupos de la época, como Paul Revere & The Raiders, oíremos la radio y veremos los programas televisivos más populares. Incluso se hablará de nuestro Rafael Romero Marchent y sus spaguetti western. Por toda esta minuciosidad, la película de Tarantino está llamada a convertirse en una cinta de culto que crecerá con el tiempo, un homenaje a la cultura popular de aquellos años que tenían como telón de fondo los movimientos contraculturales, la Guerra del Vietnam y el auge de la droga.
Pero la película habla también de la amistad incondicional, de la soledad y fragilidad del actor, y del lado poco glamouroso de la fama. Elogia la figura de los anónimos especialistas de Hollywwod y hace un bello homenaje a la bella mujer de Polanski, asesinada cuando le quedaban días para dar a luz. Para los que esperan encontrar la violencia desmedida de Tarantino tendrán que esperar al tramo final de la cinta, donde se les servirá una dosis concentrada de violencia, gore no, lo siguiente. Sin duda estamos ante una de las mejores obras de Tarantino, con humor, ternura, drama, ironía, brutalidad y delicadeza.