Crítica
Público recomendado: +13
El cineasta francés Marc Dugain adapta al cine la novela homónima de Honoré de Balzac (1799-1850), una de las 87 novelas que componen el proyecto narrativo “La comedia humana”, junto a Las ilusiones perdidas. Balzac se propuso escribir 137 novelas e historias interconectadas que retrataran la sociedad francesa en el período que abarca desde la caída del Imperio Napoleónico hasta la Monarquía de Julio (1815-1830). En 1833, con la publicación de Eugénie Grandet, una de sus obras más conocidas, el escritor comenzó una segunda serie de novelas titulada “Escenas de la vida en provincias”. En ella, retrata a un hombre aparentemente modesto, pero sumamente avaro, que habla del dinero como motor del mundo y destaca la prudencia y la intuición de una mujer muy particular, de provincias, sacrificada y dependiente.
“Quien no respeta el dinero, no puede aspirar a la felicidad”: Para Felix Grandet, ningún pretendiente es bueno para su única hija ni ningún proyecto es viable si no contempla la prudencia, el ahorro y la austeridad. En la película, el director esboza muy bien los diferentes perfiles psicológicos de la casa, en una ciudad de provincias de la Francia del siglo XIX. En un tono intimista, de luces tenues y prácticamente en su totalidad desarrollada en el interior de la casa, Eugénie Grandet relata la historia de una familia marcada por la condena y la desgracia, a la vez que abre una senda de esperanza con el iluminador personaje de Eugénie. En un momento en el que las sensibilidades hembristas están a flor de piel, Dugain pone el acento en el régimen patriarcal de la época y lleva a la pantalla esta desgarradora historia de venganza de un padre hacia su hija con el deseo de poseerla solo para él, llegando al extremo de privarla de toda libertad.
Interpreta a la joven Eugénie la preciosa y sutil Joséphine Japy (Respira, Las fantasías), cuya faz está marcada por una expresión austera, sobria y firme, como dicta el tono de la cinta.
Gracias al enorme legado bibliográfico del novelista de Balzac, el medio cinematográfico ha hecho suyas sus letras en múltiples ocasiones. La más reciente es Las ilusiones perdidas, una magnífica adaptación que narra la vertiginosa carrera profesional de un joven poeta procedente de una provincia francesa que levanta pasiones en la capital, ganadora de 7 premios Cesar y nominada en el Festival de Venecia y en los Premios Goya. Otras adaptaciones que se pueden ver del autor de Tours son: La bella mentirosa (1991), El coronel Chabert (1994), La prima Bette (1998), La duquesa de Langeais (2007), La mansión Nucingen (2008).
Rosa Díe