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First Love

Caratula de "First Love" (2019) - Pantalla 90

Crítica

Público recomendado: +18

Con más de 70 producciones teatrales, películas y programas televisivos desde 1991 el director japonés Takashi Milke (Hara-kiri: muerte de un samurai, 13 asesinos, La gran guerra Yokai…) nos propone una nueva historia con grandes dosis de violencia, First Love, en la que en el combate inmisericorde entre mafias se cruzan un joven boxeador profesional y una chica adicta a las drogas y esclava sexual.

El guion de Masa Nakamura nos acerca a Leo (Masataka Kubota: 13 asesinos, Kenshin el guerrero samurái, Tokyo Ghoul la película...), que ocupa la vida entrenando en gimnasios y peleando combates de boxeo. En uno de estos embites, recibe un golpe y cae a la lona perdiendo la consciencia. En su visita al médico, este le anuncia que tiene una enfermedad grave. Tras salir deprimido de la consulta deambula de noche sin rumbo por la ciudad. Una joven, Mónica, viene hacia él perseguida por un hombre. Leo se interpondrá en su camino y le noqueará y poco después se enterará que ha atacado a un policía.

Su acción instintiva en defensa de Mónica, le reportará inmensos problemas, no solo por atentar contra un policía, sino también por la lucha de mafias entre los yakuzas japoneses y chinos por el control de la droga en la ciudad. Pero antes que amilanarse, Leo descubre que su acción caballerosa en defensa de Mónica será la razón de su vida a partir de aquel momento. Entre ellos nacerá poco a poco una amistad en medio de la violencia desatada entre los clanes de la droga, donde se verán inmersos.

La implicación de Leo con Monica, a la que procura apartar de la droga, es lo más interesante de este filme sangriento, rodado con crudeza y con mucha ironía reflejada en los rostros de los asesinos (hombres y mujeres) que despachan estoicamente a sus contrincantes, que podría ser reflejo de lo que se vive en los bajos fondos de algunos países asiáticos, que no mitiga el honor yakuza.

El director Takashi Milke rueda con verismo y crudeza los combates entre bandas rivales, donde no hay espacio para el perdón. El filme, que interesará a los entusiastas del Manga y de la idiosincrasia japonesa, cierra con un plano  tan hiperbólico como estrambótico.

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