Crítica
Público recomendado: +16
Pierre Morel saboreó las mieles del éxito en Venganza (Taken) con el absoluto protagonismo de Liam Neeson, un filme lleno de acción que propició dos secuelas de inferior calidad pero también entretenidas. Esta vez dirige Freelance, una película de presupuesto mucho menor y con el protagonismo de John Cena, el célebre aún luchador profesional (dice que se retirará con 50 años) metido a actor.
Mason Pettits, exagente de las fuerzas especiales, está atrapado en un aburrido trabajo de oficina como abogado. A regañadientes acepta un encargo para proporcionar seguridad privada a Claire Wellington, una periodista fracasada, mientras entrevista a Juan Venegas, un despiadado -pero impecablemente vestido- dictador. Justo cuando está a punto de conseguir la primicia de su vida, estalla un golpe militar. Para salir con vida, el peculiar trío debe apañarse para sobrevivir a los asesinos, a la selva y a ellos mismos.
Tener mucho menos presupuesto ha obligado a Morel a rodar secuencias mucho menos llamativas e impactantes visualmente que las logradas en Venganza y, aunque en Freelance los bellos parajes naturales ayudan a la fotografía, se nota que en las secuencias de acción se pierde un poco la frescura que vimos en la película con Neeson. Pero aun así este filme se deja ver gracias a las dotes cómicas de Cena. El luchador sabe que lo suyo no es el arte dramático, ni lo pretende, así que da rienda suelta a reírse de sí mismo y de su físico (curioso que su apellido en la película sea ‘Pettits’, “pequeño” en francés, ya que su cuerpo es todo menos eso) y la verdad es que funciona bastante bien, aunque la química con su compañera de reparto es bastante escasa.
Lógicamente la hondura del filme no es su punto fuerte, sin embargo es llamativa la decidida apuesta por el matrimonio aun en sus épocas más duras y la capacidad de redención y reconciliación de una pareja dispuesta a luchar hasta el final. A esto hay que sumar una emotiva mirada a la fe, breve pero sincera, sin histrionismos ni parodias. Mensajes que sin duda hay que destacar y agradecer en una época en lo que lo normal es animar a lo supuestamente útil y “progresista” que es echar todo a la hoguera y romper cualquier vínculo reclamando el inexistente “derecho a rehacer tu vida”.
Hay además varios guiños cinéfilos que el respetable que entienda un poco recibirá con mucho agrado, uno especialmente divertido que implica al Rey Midas de Hollywood.
Freelance es, en suma, una entretenida mezcla de acción y humor. Cierto, le falta más brío en algunas secuencias y le sobra metraje, pero se puede perdonar por los mensajes positivos que transmite que dejan un agradable sabor de boca.
Miguel Soria.