Generic selectors
Exact matches only
Search in title
Search in content
Post Type Selectors

Gente que viene y bah

Caratula de ""

Crítica

Cuesta creerlo, pero España sigue estrenando títulos mediocres, que vuelven a teñir de gris la cartelera patria, tras el nivelón que han mostrado otras grandes producciones recientemente, a saber, El Reino (Rodrigo Sorogoyen), Campeones (Javier Fesser) o Quién te cantará (Carlos Vermut).

Gente que viene y bah sigue las andanzas de Bea. Todo le funciona a la perfección. Es una arquitecta joven y con talento, hasta que en la misma semana en que su pareja le pide matrimonio y ella acepta, caza a su novio enrollándose con una de las presentadoras más monas de la tele.

Vaya por delante que había llegado antes a un acuerdo con su pareja para poder acostarse libremente con alguna famosa, teóricamente inalcanzable. Bea deja a su novio y con el desastre en los talones no tiene más remedio que volver a su pueblo natal, donde, además de un paisaje idílico, le espera un futuro incierto, una familia como poco peculiar y un vecino “misterioso”.

Gente que viene y bah es la adaptación a la gran pantalla de las novelas para treinteañeras de la escritora española dedicada a la publicidad el cine y la televisión Laura Norton (es un pseudónimo) y supone el debut en el cine de la barcelonesa de 41 años, Patricia Font, que ya saboreó las mieles del éxito en 2015 cuando se alzó con el Goya al mejor cortometraje de ficción gracias a su Café para llevar. De modo que, a pesar de que conoce el oficio, no ha sabido hacerse con las riendas del producto. Veamos por qué.

Seguramente, con el tirón que tuvo en 2014 el filme español No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas (María Ripoll) -película entretenida con un buen reparto pero muy justita en su definición argumental, y basado en otra novela de Laura Norton- Patricia Font ha querido probar suerte con los mismos sostenes argumentales. Y el resultado no ha podido ser más caótico.

Para empezar la película no es sincera. Parte de una idea nada romántica sobre el amor, o sobre las relaciones de pareja, con juegos-retos absurdos e infantiles que a menudo confunden los “te quiero” por “lo que dure”. Como si al amor se le pudiera poner una fecha de caducidad. Y claro, de donde sólo hay atracción física no pude salir mucho más. Partiendo pues, de esta premisa, Gente que viene y bah marcha a trompicones a consecuencia de un guión fofo, predecible, que intenta producir gags sin ningún efecto. Vaya, que la chispa no surge y Patricia Font se estanca.

Pero es que, por otro lado, tampoco colabora a remontar el vuelo el reparto. Clara Lago, que mostró su vis cómica en Ocho apellidos vascos (Emilio Martínez Lázaro), está ausente en esta historia, principalmente porque el papel no es para ella. Acierto para el reclamo publicitario de esta película y error en el casting y la dirección de actores. Bueno, tal vez la episódica Carmen Maura ofrezca retales de buen oficio, a pesar de su irrelevancia en el peso de la comedia.

En fin, Gente que viene y bah es otro nuevo fracaso para el cine español, que por su ligereza y falta de ambición se desaconseja.

 

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad