Crítica
Gnomeo y Julieta es una adaptación animada del clásico de William Shakespeare Romeo y Julieta. En esta ocasión, la historia se desarrolla en Stratford-upon-Avon, localidad natal del dramaturgo, y los personajes son nada menos que enanos de jardín.
Como en el original, las familias de los amantes se llevan a matar y, en este caso, se identifican por el color de sus trajes: rojo y azul. Gnomeo es el hijo de la matriarca de los gnomos azules, mientras que Julieta es la hija del cabecilla de los rojos. En cuento ambos se conocen el enamoramiento es fulminante…
Nelly Asbury (Spirit, el corcel indomable y Shrek 2) firma esta entretenida comedia, cargada de imaginativos gags visuales y emocionantes secuencias de acción, en donde las facciones en pugna hacen competencias de segadoras de césped e intentan tener el mejor jardín. La animación es de gran calidad, especialmente en lo que se refiere al diseño y animación de los personajes, ya que consiguen irradiar encanto y verosimilitud, pese a tratarse de figuras tan rígidas como unos gnomos de cerámica. Destacan los secundarios Nannett, la rana del estanque, Benny, el gnomo enganchado a las nuevas tecnologías y el hongo-perro Champi. Además, resulta ingenioso el giro metatextual en el que Gnomeo y el mismísimo Sharkespeare hablan sobre la pertinencia del final trágico de la historia, así como la inserción de algunas canciones de Elton en determinados momentos de la acción que causan hilaridad.
En el filme se subraya la tolerancia entre grupos aparentemente distintos, las consecuencias desproporcionadas de los enfrentamientos y su inutilidad para alcanzar un mejoramiento de ciertas situaciones. En este punto, coincide con el espíritu de la historia, el pasaje en el que se cuenta la historia de un divorcio y el daño que supuso para uno de los personajes. Por esto y todo lo anterior, Gnomeo y Julieta es una película que podrá divertir a niños y a adultos.