Crítica:

Público: Jóvenes-Adultos

Estamos de enhorabuena. Con la secuela de “Guardianes de la Galaxia. Vol. 2” continuamos con una de las mejores sagas de superhéroes (por no decir la mejor) del momento. Y la clave es sencilla: puro cine de aventuras narrado desde el “gamberrismo” del que bebe también el cómic y no desde la herida/trauma de los personajes. Aunque la secuela no está a la altura de su predecesora mantiene los ingredientes carismáticos de la primera.

Con claras influencias de los 80 que evocan a La Guerra de las Galaxias, Indiana Jones o Los Goonies nos llega una secuela cargada de humor inteligente (quizás algo más forzado esta vez) donde los personajes, como el estilo visual de la película, se muestran sin complejos mezclando los clásicos del pop con el universo espacial que nos propone.

Se podría decir que el director de esta película, James Gunn, consigue un estilo visual propio. En un momento donde el lado de oscuro de los personajes domina el tono visual de los superhéroes (Saga de Christopher Nolan de Batman o Superman; incluso “Logan”) sorprende cómo Gunn nos propone una aventura limpia y clásica que, aunque gamberra está llena de emoción.

La saga de Guardianes de la Galaxia se sale del propio “sello Marvel” (Saga de Los Vengadores) mostrándonos una sucesión de imágenes y música carismáticas que derrochan elegancia y personalidad propia. Un ritmo trepidante y un universo visual fantástico convierten a esta película en un viaje muy entretenido que aunque se pierde en su parte central sabe salir de ella con dignidad. Estos son algunos de los personajes de la película:

1. Peter Quill (Chris Patt) es quizás el nuevo Indiana Jones entorno al cual se crea una familia de canallas en donde existe un claro carácter martirial a favor de la unidad y no del individualismo.
2. Gamora (Zoe Saldaña). Más allá de la interesante locura de Harley Queen de Escuadrón Suicida, Gamora presenta una femineidad llena de intuición, carisma y sensibilidad que ha convencido a las audiencias femeninas quizás por presentar un personaje inteligente y fuera de estereotipos.
3. Rocket (Bradley Cooper), el mapache, no es un simple secundario para entretener a los más pequeños sino que Gunn consigue darle la entereza necesaria para convertirlo en un personaje vital.
4. Es fantástico como adulto y como niño. Todos somos un poco Groot.

Vale la pena destacar cómo los conflictos afectivos de los personajes están siempre vinculados al ámbito familiar más íntimo y a la experiencia (o a la ausencia de ella) de ser amado y querido con gratuidad. Aunque la resolución de algunos de esos conflictos se desarrolla aceleradamente en el guión y salvo la parte central que está algo deslavazada, mantiene el tipo con nota. Un trabajo técnico y visual impecable, lleno de ingenio, chispa y muchas risas hacen de esta película, a pesar de todo, una de las propuestas más entretenidas para el verano.