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Halloween Kills

Caratula de "Halloween Kills" (2021) - Pantalla 90

Crítica

Público recomendado: +18

Para que se hagan una idea, Halloween Kills (2021) es la película número once dentro de la extensa saga entorno a este asesino psicópata. El film original de 1978 de John Carpenter, La noche de Halloween erigió un mito y destapó un subgénero, el llamado slasher, esto es: tipo generalmente enmascarado, arma punzante en mano, matando a diestro y siniestro. Las variaciones fueron y siguen siendo infinitas y con contadísimas excepciones, por lo general suele ser un subgénero poco o muy poco interesante. Carpenter convirtió a su asesino original en una presencia casi sobrenatural, aunque sin despegar los pies del suelo, razón por la que Michael Myers se convirtió una especia de encarnación del mal hecho hombre. El arranque del film original, un impecable plano secuencia que situaba al espectador en el punto de vista de un inesperado asesino, traumatizó a más de uno al comprobar que el mal, no por inesperado o inexplicable, dejaba de ser mal.

Dicho esto, por lo general las siete secuelas que tuvo el film fundacional fueron desvirtuando progresivamente al personaje y al concepto en sí mismo hasta que se hizo borrón y cuenta nueva (lo que los americanos llaman Reboot) con un reinicio de la saga en Halloween. El origen (2007) que con sus tenues variaciones regresaban a ciertos conceptos de la película original. Otra cuestión es que todo esto tenga algún sentido o incluso, algún interés, más allá de los fanáticos del subgénero ansiosos por contemplar en qué se parece y en qué no los nuevos “Halloweens”.

En el caso concreto que nos ocupa, Halloween Kills es una secuela de La noche de Halloween, versión 2018, que a su vez se suponía una continuación directa de la cinta original de 1978. Ahí el elemento más interesante, a priori. De hecho, las dos películas dirigidas por David Gordon Green cuentan, a modo de padrino de la función, con el propio Carpenter como productor ejecutivo y compositor de la banda sonora, no es vano, es el autor del legendario tema de La noche de Halloween.

Sin embargo, es más que evidente que la presencia de Carpenter en los créditos es más simbólica que otra cosa. No me imagino al director de La cosa (1982) dando el visto bueno a una cinta como Halloween Kills que no por ser digna, resulta particularmente relevante. Hay que admitir, eso es cierto, que mantener cierto interés con una propuesta como la de Green tiene su mérito, más que nada porque la idea original de Carpenter era lo que era y pare usted de contar.

Por lo demás Halloween Kills va directa al grano, dicen que aquí muere más gente que en ninguna entrega de la saga, lo que se le supone cierto mérito según algunos. Pero más allá de su, por momentos, delirante nivel de violencia, la película de Green pasa sin pena ni gloria. Sigue siendo, eso sí, un film que trata de conservar cierta aura del concepto abstracto de mal que en su día propuso Carpenter, aunque lo haga de una forma mucho más simplona y verbalizada.

En lo referente a su director, David Gordon Green, un cineasta llegado de la comedia más discutible, salva los muebles con dignidad habiendo perdido la novedad que en cierta medida sorprendió en La noche de Halloween, versión 2018. No hay grandes hallazgos de puesta en escena ni grandes ideas de planteamiento o desarrollo de situaciones más allá de rememorar constantemente la película de Carpenter como garante de que lo que seguimos viendo vale la pena verlo. Sin embargo, lo cierto es que esto no es así. No llega a ser una pérdida de tiempo, pero desde luego hay infinidad de cosas mejores que hacer que ir a ver Halloween Kills.

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