Hijo de Caín 
Público recomendado: Adultos
¿Qué es el mal?, ¿cómo, por qué y para qué se encarna? Son misterios que despiertan el interés de artistas de todos los tiempos y, especialmente del cine en algunas de sus manifestaciones más célebres (Aníbal Lecter, Drácula, Jack el Destripador y otros psicópatas famosos del celuloide). En España, menos referencias al género de terror (el Jarabo, interpretado por el desaparecido Sancho Gracia), pero ahora Jesús Monllaó, se asoma a la intrincada psicología del mal con Hijo de Caín, su esperanzador primer largometraje, en el que cuenta con José Coronado (No habrá paz para los malvados, Todos estamos invitados, Luna caliente, GAL, entre otras) para alumbrar este buen trabado thriller.
Carlos (José Coronado) y Coral (María Molins), un adinerado matrimonio catalán, viven con sus hijos, la pequeña Diana (Helana dela Torre) y Nico (David Solans), un adolescente superdotado, asocial, apasionado del ajedrez, que mantiene un enfrentamiento recurrente con su padre. Por este motivo, sus progenitores deciden contratar a un psicólogo para que trate el muchacho con el fin de descubrir su malestar e inquina. En el proceso de clarificación, afloran lacerantes secretos de familia.
Con dos cortometrajes estrenados en su haber (Gloria y El legado), Monllaó ha conseguido llevar convincentemente a la pantalla un buen guión de Sergio Barrejón y David Victori (sobre el libro de Ignacio García Valiño), insuflando una narrativa visual consistente por la que transita con buen rumbo una historia que cada vez se va haciendo más espeluznante hasta un final que nos quita el habla. A este fin, se unen también una ajustada dirección de actores, que dan credibilidad a sus interpretaciones, con el descubrimiento de David Solans, un joven de 15 años que puede ser uno de los grandes rostros del cine español de los próximos años.
Acierto también por parte de los guionistas, elegir el ajedrez como camino de perfeccionamiento interior del que lo practica, encarnado por el maestro Andrew (Jack Taylor), quien dirige una recóndita asociación compuesta de niños (entre los que se encuentra Laura, campeona de España) y adolescentes, en su mayoría, a los que encamina también con técnicas orientales de autocontrol y relajación.
La psicología, en la persona de Julio Beltrán (Julio Manrique), queda en entredicho en cuanto a terapia resolutiva para todos los casos, incluso evidencia su engolamiento cuando el psicólogo de Nico ridiculiza los conocimientos de la terapeuta del colegio donde cursa su paciente, a la que va a pedir información sobre éste.
Sobra, por artificial, el breve cameo entre el psicólogo y la madre del adolescente, a la que reencuentra tras años de haber vivido una relación. Más parece el suceso la porción erótica que obligatoriamente se incluye en toda película venga o no a cuento. Agradecemos, en este caso, que sea parca en frotamientos y que no vaya a mayores como intento para superar graves desengaños afectivos.
Por lo demás, Hijo de Caín recorre vigorosamente los 90 minutos de su metraje y en nada tiene que envidiar los suspenses que nos vienen de USA, es más a muchos de ellos los supera bizarramente al tiempo que plantea una aproximación al Mal de fuste metafísico. Sobre esta cuestión, el cristianismo propone la declaración de su Maestro, Jesucristo, sobre la entidad y el obrar secular del Príncipe de las Tinieblas.
Vayan a verla, cine español de quilates.
Koldo Cortés
Ficha técnica:
España 2013
Dirección: Jesús Monllaó Plana.
Interpretación: José Coronado (Carlos Albert), Julio Manrique (Julio Beltrán), Maria Molins (Coral), Jack Taylor (Andrew), David Solans (Nico Albert), Mercè Rovira (Patricia), Abril García (Laura), Helena dela Torre(Diana).
Duración: 90 minutos
Género: Thriller