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Holmes & Watson. Madrid days

Holmes & Watson. Madrid days

Público recomendado: Adultos

José Luis Garci vuelve al género policial, ya no de la mano del entrañable Areta de El crack, si no de los mismísimos Sherlock Holmes y el doctor Watson trasladados a Madrid siguiendo la estela de Jack el Destripador. Pero las tres décadas que median entre las dos películas han dejado su huella en el estilo de un director, que ha evolucionado hacia un esteticismo demasiado personal. Holmes & Watson. Madrid days no es una película de acción, ni un thriller de inquietante intriga; es, por encima de todo, un ejercicio de estilo. Esta afirmación, lejos de ser un juicio de valor, es una aclaración de carácter estético. Holmes & Watson es un compendio de las opciones estéticas cinematográficas de Garci.

Vayamos por partes. El guión, basado en una idea original de Eduardo Torres-Dulce, es muy sencillo: Holmes y Watson viajan a la Villa y Corte, interesados en rastrear unos crímenes que recuerdan demasiado a los cometidos en Londres por Jack el Destripador. En Madrid contarán con la ayuda del jefe de policía Valcárcel, y del periodista Alcántara. Garci se apoya en este pie argumental para hacer lo que realmente busca: un retrato minucioso, costumbrista y detallado del Madrid de la época, y por extensión, de la España decimonónica. En realidad propone un homenaje a España como realidad humana, como pueblo, como tejido de tradiciones, como carácter. Esto a muchos les va a parecer anacrónico, como les va a irritar su defensa de la Fiesta Nacional, pero lo cierto es que, en los tiempos que corren, no viene mal un poco de autoconciencia que vaya más allá del entusiasmo futbolero. Cierto que Garci no evita mostrar las lacras de la idiosincrasia española en política, por otra parte de tanta actualidad.

La cuestión es que la película es fundamentalmente y casi sólo eso: una recreación de época. Las calles de Madrid, las calesas, el cocido, los churros y la leche merengada, la aristocracia, los periodistas,… todo ilustrado con dos manos primorosas: la del decorador Gil Parrondo y la figurinista Lourdes de Orduña. La cámara se mueve despacio, si se mueve, y Garci exprime los diálogos de esa forma tan personal en la que gusta de mantener en el encuadre a los interlocutores. Esta opción de puesta en escena eclipsa la trama policiaca, que apenas avanza, y no nos permite disfrutar de las clásicas pesquisas del personaje de Conan Doyle. Holmes se nos aparece más como un turista de la alta sociedad, como un amante ocasional, un descubridor agradecido de la vida castiza. Por su parte, Watson muestra su lado más donjuanesco y disfruta de la gastronomía madrileña.

Tampoco faltan los guiños ideológicos que siempre se esconden en las películas de Garci; en esta ocasión se trata de un elogio al divorcio, y un innecesario gusto por desnudar a las actrices.

Estamos lejos de las mejores películas del director, pero también de las peores. Esta se parece a Sangre de Mayo (2008): le da más peso a lo costumbrista-descriptivo, que a la trama. Lo que parece claro es que a los forofos de Conan Doyle esta película les va a saber a poco. Y a los que buscan los grandes temas que albergaban otras cintas del cineasta, también.

Juan Orellana

 

Ficha técnica:

 Dirección: José Luis Garci

España, 2012

 Duración: 129 min. 

Género: Thriller

 Interpretación: Gary Piquer (Sherlock Holmes), José Luis García Pérez (Dr. Watson), Belén López (Irene Adler), Víctor Clavijo (Josito), Enrique Villén (Enrique Valcárcel), Manuela Velasco (Elena), Macarena Gómez (Berna), Manuel Tejada (Marqués de Simancas), Leticia Dolera (Mary Watson), Jorge Roelas (Luis Delgado).

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