Crítica:
Público recomendado: Todos
Tras permitir a los seres humanos la entrada en su terrorífico Hotel Transilvania, el Conde Drácula ejerce como abuelo de su travieso nieto Dennis, un híbrido que no muestra signos vampíricos.
Así que, con la ayuda de otros colegas, somete al chaval a un duro “entrenamiento de monstruos” en un campamento perdido.
Creador de ‘El laboratorio de Dexter’ y realizador en ‘Las supernenas’ o ‘Las guerras clones’, el ruso afincado en Estados Unidos Genndy Tartakovsky vuelve a acertar en su homenaje al espíritu gamberro e inteligente de los mejores cartoons de hace 60 años, con Tex Avery, Chuck Jones y Fritz Freleng como referentes. Como en su antecesora, la animación es expresiva, ágil e impactante, y sirve a un divertido elogio de la familia, la amistad y la integración racial. Elogio especial merece el excelente doblaje español, donde han participado Santiago Segura, Clara Lago, Dani Martínez, Alaska, Mario Vaquerizo y el veterano Arturo Fernández, que está memorable.