Crítica

Público recomendado: +18

Película de género con algunos puntos de interés. En primer lugar está el hecho de que quien está detrás de las cámaras es el actor Edward Norton, que dirige su segundo largometraje tras Más que amigos (2000). Pero está detrás y delante, pues es el actor protagonista. Y en medio, ya que es también el autor del guion. Y por encima, porque es uno de los productores. Es decir, se trata de un proyecto bastante personal, aunque el argumento es una adaptación de la novela del newyorkino Jonathan Lethem publicada en 1999. Tanto el título de la novela como el nombre original de la película, Motherless Brooklyn, hacen referencia al protagonista, Lionel, llamado “huérfano Brooklyn” por sus amigos del orfanato católico donde creció.

La película se ambienta en los cincuenta, cuando el protagonista y sus amigos, ya adultos, trabajan en una agencia de detectives privados bajo las órdenes de Frank Minna (interpretado por Bruce Willis). Frank está trabajando por su cuenta en un caso, y un día es asesinado a tiros en un callejón. Lionel y sus compañeros deciden encontrar a los culpables y para ello deberán averiguar cuál era el caso que Frank estaba investigando. Ello les meterá de lleno en el mundo de la política municipal de Nueva York y les llevará a uno de los hombres más poderosos del City Hall: Moses Randolph, interpretado por Alec Baldwin.

La cinta lleva bien la intriga, subrayando siempre los aspectos humanos de la trama. Los grandes temas del cine negro: la ambición, el poder, la traición, la lealtad, el amor, el sexo, el racismo,… y el Jazz están presentes en una película, en la que destaca la interpretación de Norton, que encarna a un Lionel lleno de tics y desajustes psicológicos. Una película que engancha y entretiene.