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Igual eres el asesino

Caratula de "" () - Pantalla 90

Crítica

Público recomendado: +18

Estreno en plataformas

Sam (Fran Kranz) cubierto de sangre corre de noche a través del bosque. Escapa de un asesino. Logra esconderse momentáneamente, antes de continuar su huida, en una pequeña cabaña de madera para hacer una llamada, no a la policía, sino a su amiga Chuck (Alyson Hannigan), experta en el género de terror, para que le guíe según su situación y le aclare las reglas. Igual eres el asesino (Brett Simmons, 2018) tiene una premisa bastante buena, incluso cuando la duda de que el propio protagonista puede ser también el asesino se sugiere.

Personajes apartados del mundo, sin posibilidad de recibir auxilio, y un asesino suelto que va apilando cadáveres. Armado con un cuchillo dentado, el asesino de esta comedia-homenaje al subgénero slasher, va enmascarado, tiene una fuerza descomunal y parece tener el don de la ubicuidad —como suele suceder con estos personajes— para acosar y destripar a los jóvenes que se pasean por el campamento de verano del que son monitores.

Este es un slasher en toda regla salvo por el personaje principal, Sam, un chico, no una chica virgen (aunque la chica virgen sí que está entre los personajes). Así, mientras Chuck va contándole a Sam sus posibilidades según la cantidad de muertes hasta el momento («MUCHAS» advierten los divertidos títulos de estética ochentera) y otras pocas pistas, la trama se abre entre saltos al pasado y la información sobre el género que aporta la experta.

El problema es que hasta allí le llega la chispa a la cinta. Si bien la relación entre Sam y Chuck se da únicamente por teléfono, constituye la mejor interpretación, la más divertida. La escena en la que Chuck le cuenta a los pocos que aún quedan vivos el único desenlace posible de los acontecimientos, es decir, que Jamie, la chica virgen, es quien se deshará del asesino, muy a pesar de que los personajes quieran que no sea así, funciona por su humor y por su obvio carácter metaficcional, una suerte de corifeo de la matanza, igual que Randy en la saga Scream. Sin embargo, la muy buena premisa de Igual eres el asesino acaba siendo la película; es decir, como si al comienzo de una buena película slasher a la vieja usanza, el asesino, a mitad de la persecución, decide que está cansado y que mejor se va a casa. Una lástima.

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