Crítica
Público recomendado: Familiar
El pasado viernes 13 de diciembre, los cines españoles acogían el estreno de Jumanji: Siguiente nivel, que distribuye Sony Pictures en España, y que es la secuela de Jumanji: Bienvenidos a la jungla (2017), ambas producciones dirigidas por el cineasta estadounidense de 45 años, Jake Kasdan (Sex tape, 2014), filme que a su vez se inspira en la aventura Jumanji (Joe Johnston, 1995), con Robin Williams al frente del reparto.
En el caso que nos ocupa, los protagonistas del relato vuelven al juego, pero sus personajes se han intercambiado entre sí, lo que ofrece un curioso plantel: los mismos héroes con distinta apariencia.
A medida que la franquicia Jumanji ha ido sumando enteros, la calidad de las películas se ha deteriorado notablemente -estéticamente y en su puesta en escena mejora a consecuencia de los efectos digitales, que le otorgan otras formas de creatividad visual- hasta convertir el producto final un fiasco con todas las letras, difícil de dirigir si además está orientado al público familiar, la producción sobrepasa las dos horas y no ofrece nada nuevo.
Ése es, en esencia, el resultado de una película que cuenta con un guión de tiralíneas, muy en la línea de películas sobre sagas dirigidas a la familia como Harry Potter. Lo que ocurre es que esta última es muy superior en forma y fondo a Jumanji: Siguiente nivel.
La historia no ofrece nada nuevo: parte de la misma premisa y se limita a generar una nueva propuesta para el videojuego de marras sin alma, sin potencia, sin personalidad, sin ambición, incluso con escenarios que ya hemos visto en el serial Indiana Jones, por ejemplo, si bien es cierto que la hondura narrativa de esta película estaba a muy lejos de los postulados de la de Jake Kasdan. Por eso Jumanji: Siguiente nivel resulta aburrida, tediosa, repetitiva y al menos le sobran 20 minutos. Porque de donde no hay no se puede sacar.
Así las cosas, la pobreza de esta reciente aventura no contentará a los seguidores de la saga, o tal vez les deje tal cual, tal vez porque quienes la diseñaron no quisieron esforzarse demasiado en armar una historia sólida, que se salva por los pelos por su popular reparto, que cumple con lo que hace, pero nada más -exceptuando las impecables, aunque escasas apariciones en pantalla de los veteranos y eficaces Danny De Vito y Danny Glover-, y sin otro reclamo publicitario poderoso más allá de ofrecer cine para todos los públicos, para acudir en familia a divertirse con un tema de corte blanco donde nunca es tarde para que los amigos se pidan perdón o para retomar aquellas amistades que dejamos ir por bobadas. Desde este punto de vista, Jumanji: Siguiente nivel sí da la nota. Lo que ocurre es que por este asunto se pasa muy de puntillas.