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La autopsia de Jane Doe

Caratula de ""

Crítica:

Público recomendado: Adultos

La policía acude al escenario de un sangriento crimen. Una familia al completo aparece asesinada pero lo más extraño es el cuerpo desnudo que, semienterrado, se encuentra en el sótano de la casa. Todos parecen tener una causa de la muerte bastante clara pero lo de la chica del sótano no está tan claro. El sheriff, lleva el cadáver de la joven a la morgue del condado para que el forense revele la causa de su muerte si no quiere que los periodistas lo acribillen a preguntas que no va a saber contestar a la mañana siguiente. A Tommy (Brian Cox), le acompaña, casi por casualidad, su hijo Austin (Emile Hirsch). La película, básicamente tratara de eso, de descubrir la causa de la muerte de la muerte de la joven que, a falta de conocer su nombre, llaman Jane Doe.

La autopsia de Jane Doe arranca como una intriga policíaca que sin embargo huele a cine de terror lo cual, no es casual. Conforme Tommy y Austin van escarbando en el cuerpo de Jane Doe van descubriendo que lo que tienen sobre la mesa de autopsias no es exactamente un cadáver al uso. La tal, Jane Doe, se convierte en una especie de talismán maligno del que emana una terrorífica maldad sobrenatural lo que, en una morgue, no es obviamente la compañía más deseada.

En La autopsia de Jane Doe, lo que empezaba siendo un film de suspense quizá, con una atmósfera más espesa de lo habitual, termina convirtiéndose una cinta de terror sin demasiados prejuicios. Esto es interesante, sobre todo porque la película del noruego André Ovredal no parece avergonzarse de que en su tramo final esté a punto de perder los papeles, fundamentalmente porque entramos en el puro fantastique en el que todo puede ocurrir.

Ovredal, ya consiguió llamar la atención con la curiosa Troll Hunter, un film rodado con la técnica found footage en la que unos jóvenes trataban de dar caza a un gigantesco monstruo de medidas similares a las de Godzilla. Para esta ocasión, Ovredal ha dejado la molesta aunque efectiva cámara al hombro propia del “material encontrado” y se ha entregado enteramente a una puesta en escena mucho más clásica y contenida. Aquí reside el gran hallazgo de la cinta porque pese a sus propuestas descabelladas en realidad, lo que realmente vemos en pantalla no es gran cosa, son solo sombras, figuras, ruidos…

La autopsia de Jane Doe resulta una cinta de terror realmente competente. No es una obra maestra ni plantea grandes cuestiones pero clava al espectador en la butaca desde el minuto uno y eso ya es mucho.

 

 

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