Crítica

Público recomendado

La banda es la ópera prima de Roberto Bueso (Valencia, 1986), estrenada en el 22º en el Festival de Málaga. Edu (Gonzalo Fernández) es un muchacho que ha logrado una beca de estudios para continuar su carrera musical en Londres. Tras una fase dubitativa en que su futuro con el instrumento se torna incierto, regresa a su localidad natal, en la comunidad valenciana, a la boda de su hermano. Entonces regresa a él todo lo que dejó atrás: padres buenos y abnegados, amigos, y su amor imposible, Alicia, la eterna novia de su mejor amigo que son, ambos, como el Guadiana. La película nos deja con cierto sabor agridulce, pues acierta más en la elección del tema y en el enfoque que en el resultado final.

Roberto Bueso incorpora los grandes temas de la juventud -la amistad, la madurez, los cambios, el amor, la familia…- todos ellos temas universales, en un aceptable guion que plantea bien las diversas subtramas -dudas en la relación de pareja, la incertidumbre ante el matrimonio, el testimonio de los padres cuyo amor sigue en pie, el vértigo ante el mundo laboral, la relación de hermanos…- pero falla en la intensidad dramática. Las resoluciones de las subtramas aciertan, pero les ha faltado una vuelta de tuerca, estaban cargadas de una emotividad que no ha podido aflorar. El trabajo de los actores, noveles todos, lastra un poco el resultado final; algunas subtramas son minimalistas, no han sido explotadas en todo lo que podía dar de sí: la vida en el seno de una banda, la fuerza de la música; todo ello se apunta, hay pinceladas, pero al cuadro final le ha faltado garra y unos cuantos compases. Hay incluso momentos de hondura antropológica, cuando Edu y su mejor amigo se plantean si en la vida son “las cosas que pasan” o “son las cosas que hacemos”. También se le podía haber sacado más punta…

Lo cierto es que Roberto Bueso ha encontrado una preciosa historia por contar en el seno de la vida de las bandas municipales, institución gloriosa, especialmente en la comunidad valencia, (también en otras zonas de España, pero con menos arraigo), en las que las distintas generaciones conviven unidos por el arte de la música, lo que provoca una preciosa cultura del roce, del contacto, de vida real en común, lejos de las culturas mediáticas. En una ocasión oí (o leí) a uno de los escasos intelectuales que en España se dan, que la cultura o es popular o elitista o no es cultura. Las bandas municipales tienen un poco de las dos: el acceso a las mismas es popular, pues pasa casi de padres a hijos, y es elitista porque aúnan en su repertorio piezas de lo más popular a lo más elaborado.

Insistimos en que echamos de menos más fuerza, pero celebramos lo que sí encontramos; una mirada honesta, un digno guion, y personajes de carne hueso: Roberto Bueso dará mucho más que hablar en el futuro.