Crítica
Público recomendado: +13
El encuentro entre padre e hija tras años de falta de convivencia nutre la última película de la directora y guionista madrileña Irene Zoe Alameda (Uniformadas, Buen viaje…), La cinta de Alex, quien sitúa esta relación primeriza en la India por temas de negocio que afectan al padre.
Alexandra (Rocío Yanguas, en su primer largometraje) cursa sus estudios en Estados Unidos, donde vive con su madre norteamericana, pero es una adolescente tan madura como inadaptada a los colegios, de los que continuamente es expulsada. Su madre la envía a España junto a su padre Alex (Fernando Gil: El Piedra, Sicarius: la noche y el silencio, Tres escapularios…), quien con la joven volará hasta la India donde, gracias a contactos de años, compra telas y otros artículos para traerlos y venderlos a empresas en España.
Al ser la primera vez que padre e hija conviven, todo está por descubrir entre los dos. Para Alexandra, el resquemor con su padre es palpable en algunos lances del filme, pero poco a poco, Alex se abre a ella y llega a comprender la posición intempestiva de su hija hacía él.
En la ciudad del país asiático, donde transcurre la casi totalidad del filme, Alexandra y Alex harán un curso acelerado, no exento de reproches y peticiones de perdón, de comprensión mutua. Así, la chica, conocerá por su progenitor la década que estuvo secuestrado por la CIA, sujeto a palizas y vejaciones continuas, sin nunca acusarle de nada concreto, pero tildado de terrorista por sus contactos comerciales con árabes. Tampoco su madre, marine del ejército estadounidense, y separada de su padre, le aclaró a la joven lo injusto de la reclusión de su progenitor.
La cinta de Alex –metáfora de la Cinta de Möebius (con una cara y un solo borde, entre sus características)- nos acerca a este país-continente como es la India, con retazos de sus características y su gente. Allí Alexandra, mientras su padre negocia con PK (un autóctono del lugar), se hará amiga de Debli, hija del empresario indio amigo de su padre. La directora del filme nos acercará sucintamente a la espiritualidad de la India, así como a las cortapisas para las mujeres a la hora de acceder a la educación, porque su única “misión es casarse”, dirá Kassim, uno de los capos de la zona.
Sobre este traficante pivotará el tramo final de esta cinta, en el que se verán implicados Alex, su hija, Vera (Aitana Sánchez-Gijón: El genio tranquilo, La camarera del Titanic, Un paseo en las nubes…), representante de una multinacional que se desplaza a la India a cerrar el trato de Alex con PK, y los trabajadores del negocio que regenta este último.
Destacar la naturalidad en la actuación de Rocío Yanguas (en agosto cumplirá 15 años), – bien llevada, así como el resto de protagonistas por Zoe Alameda-, a la que auguramos un futuro prometedor en la interpretación, mientras que dedica actualmente parte de su tiempo libre en competiciones de patinaje sobre hielo y ballet.
La cinta de Alex es una digna propuesta donde ocurre el encuentro profundo entre dos seres humanos, dispuestos a implicarse mutuamente, en un mundo exótico, como en el de la India.