Generic selectors
Exact matches only
Search in title
Search in content
Post Type Selectors

La cumbre escarlata

Caratula de "" () - Pantalla 90

Crítica:

Público recomendado: Adultos

Al principio de La cumbre escarlata el director y guionista Guillermo del Toro da la clave de su última película en un comentario que pone en boca de uno de sus personajes.

“No es una historia de fantasmas, es una historia con fantasmas”. Y en efecto, en La cumbre escarlata los espíritus y espectros son más accesorios que nunca, casi anecdóticos. De hecho, la película de Del Toro habría quedado prácticamente igual sin una sola aparición fantasmal. La cuestión es entonces, ¿qué hay debajo del envoltorio de película de terror con el que se nos ha vendido el film?

Pues un folletín bastante importante. Una tragedia de intrigas y traiciones lo suficientemente enredada como para hacer pasar La cumbre escarlata como un drama de época un pelín recargado. No obstante, el verdadero problema de La cumbre escarlata no es que sea o deje de ser una cinta de terror, lo preocupante es que el film está repleto de lugares comunes y clichés de uno y otro subgénero de forma que resulta muy complicado encontrar algo nuevo verdaderamente interesante.

La película, no obstante, viene precedida de buenas críticas, sobre todo en Europa donde Del Toro es particularmente apreciado. El director de El espinazo del diablo ha sabido equilibrar muy bien la balanza entre productos típicos de Hollywood y proyectos personales que, en ocasiones, vienen envueltos como una superproducción más. De hecho, La cumbre escarlata nace del empeño personal por parte del director de regresar a un drama de época de aromas clásicos. Y en efecto, en el largometraje podemos encontrar numerosos guiños a maestros del calibre de Argento, Fisher, Bava o Hitchcock, lo que en última instancia solo evidencia que Del Toro ha visto mucho cine, que conoce a los grandes, pero también que de momento no pasa de alumno aventajado.

Por fortuna La cumbre escarlata es una película visualmente excelsa con un cuidadísimo diseño de vestuario y de producción. Mención especial en este sentido merece la casa de Allerdalle Hall, una improbable mansión que amenaza ruina con un tremendo socavón en el techo del recibidor que lo cubre de nieve en inverno y de hojas secas en otoño. Por lo demás, la cámara del Del Toro resulta cada vez más interesante y su guion aguanta con dignidad sus casi dos horas de metraje y también ofrece los suficientes giros de guion como para no terminar la proyección echando un sueñecito traicionero.

 

 

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad