Crítica

Público recomendado: Familiar

Discreto reboot de las historias creadas en 1938 por el caricaturista de The New Yorker, Charles Addams, que fueran inmortalizadas para el gran público por la serie La familia Addams (1964-1966), dos series animadas (1973 y 1992), y dos largometrajes del mismo título (Barry Sonnenfeld, 1991 y 1993), que ahora se presentan con un contenido orientado a los más pequeños de la casa y en animación.

Desde el comienzo de su matrimonio, Gómez y Morticia deben huir de vecinos que son incapaces de aceptarlos en sus pueblos al no entender su singular forma de ser y de vivir. Así, la pareja, en su búsqueda de un lugar al cual llamar hogar, encuentran un manicomio abandonado en la cima de una montaña en la que viven años de “normalidad” junto a sus pequeños, Pugsley y Miércoles. Pero esta paz se verá amenazada por dos sucesos que sacudirán los cimientos de su casa y de su unidad familiar: una promotora inmobiliaria y estrella de un reality, Margaux Needle, se propone acabar con el viejo psiquiátrico, por miedo a que su espantosa vista aleje a los compradores de las casas que acaba de construir en el pueblo. Y, por otra parte, los momentos de paso de sus hijos desafiarán su manera de ver el mundo. Pugsley debe pasar la “Masurka con Sable”, para ser aceptado por sus familiares como un verdadero Addams, pero no parece muy preparado, y Miércoles, quien ha entrado en la adolescencia, comienza asistir al instituto del pueblo y se hace amiga de otra adolescente a despecho de su madre.

La dirección a cargo de Conrad Vernon y Greg Tiernan no pasa de discreta, pues no aporta mucho a este tipo de producciones góticas animadas, como Hotel Transilvania o algunas cintas de Laika, aunque sí se pueda alabar su fidelidad a las viñetas originales del comic de Addams, respecto al diseño de personajes. Igualmente, hay que agradecer que la cinta no tenga vestigios del tipo de humor de su título anterior, La fiesta de las salchichas.

Dos veteranos de las historias familiares de fantasía escriben el guion, Matt Lieberman (Crónicas de Navidad, 2018) y Pamela Pettler (La novia cadáver, 2005). No obstante, a la historia le cuesta arrancar y le falta ingenio al mostrar las excentricidades de la familia Addams, si bien se recomienda orientación a los más pequeños con algunas de ellas. Más interesante son las cuestiones de fondo que se plantean en la historia sobre lo mucho que tenemos que aprender de nuestros hijos y la importancia de estar abiertos a su modo de ver el mundo. Asimismo, hay que destacar su alegato sobre la no discriminación de otros, en el que aciertan en su apunte al contexto social en el que los rumores son esparcidos sin miramientos desde aplicaciones telefónicas como WhatsApp, en las que se debe tener el criterio de no seguirlas como borregos y contrastar los temas. Y, por supuesto, su loable postura temática sobre la unión familiar, con la que se muestra con creces que los Addams son más normales de lo que parecen.