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La Hermandad

La hermandad 

Público recomendado: Jóvenes, adultos

Si no van a ver La hermandad, no se preocupen, la hemos visto una y mil veces de una u otra forma. De entrada, la ópera prima de Julio Martí se asemeja, al menos en su concepción inicial, a El orfanato, de J. A. Bayona. Ambas películas costaron más o menos lo mismo (la película de Bayona es algo más cara, pero no mucho más), los dos largometrajes son a priori, dos títulos de terror de corte clásico y sin demasiadas estridencias y tanto La hermandad, como El orfanato tiene como protagonista a una reconocida y todavía por explotar actriz española: Lydia Bosh y Belén Rueda respectivamente.

 

 

La principal diferencia entre las películas de Martí y Bayona es que esta última, sin ser ninguna maravilla, era un largometraje mucho más cuidado en su guión, su planificación y su dirección de actores. O dicho de otro modo, lo que más flojea en La hermandad es precisamente esto, un guión armado a partir de los despojos del cine de género de las dos o tres últimas décadas con preocupantes lagunas dramáticas y narrativas, una dirección lineal más preocupada por su cuidado diseño de producción y sus efectos sonoros que por contar una historia y unos actores absolutamente volátiles sin ningún tipo de peso específico.

La hermandad nos cuenta la historia de Sara (Lydia Bosh), una escritora en plena crisis existencial que termina “pasando unos días” en un sospechosísimo monasterio habitado por unos no menos sospechosos monjes benedictinos. Obviamente allí no se cuece nada bueno y los intrigantes gritos de un niño que se escuchan en la oscuridad de la noche forzaran a Sara a descubrir qué está ocurriendo allí dentro. Como pueden observar todo huele a material reciclado y esto es solo el punto de partida pero el resto es más o menos igual.

El principal problema de La hermandad es que es una película sin demasiado orden interno. Las cosas ocurren sin demasiada seriedad dramática y el propio latir del largometraje de Martí fluctúa entre una amalgama de géneros demasiado extensa como para centrarse en uno de ellos y la propia necesidad de aportar algo concreto. De esta forma, La hermandad comienza siendo un drama para convertirse en seguida en una película de misterio para meterse de lleno después en el terror y terminar en el terreno de lo sobrenatural. Un camino demasiado accidentado como para abordarlo con la ligereza que, insisto, rezuma el largometraje. La hermandad es una de esas películas que después de verla uno piensa; qué bien le habría venido a este guión un par de vueltas más.

Aún así, La hermandad se deja ver sin esfuerzo. Su intriga y sus formas pueden llegar a confabularse en contra de la memoria del espectador que puntualmente pueda olvidar que todo lo que está viendo en realidad ya lo ha visto antes. Entretenida, pese a todo.

Ramón Monedero

 

Ficha técnica:

Dirección: Julio Martí

Interpretación: Lydia Bosh (Sara), Manuel Tallafé (hermano Abelardo), Borja Elgea (hermano Pablo), Edi Bonet (hermano Bernardino), Felipe García Vélez (hermano Víctor) y Alejandrp Jornet (hermano Nicolás).

Duración: 89 min.

Distribuidora: Olwyn Films

Género: Terror.

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