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La invención de Hugo

La invención de Hugo

Público adecuado: Todos

Para Martin Scorsese, La invención de Hugo supuso un reto doble: por un lado, rodar su primera película en 3-D; por el otro, acercarse por primera vez a una película familiar, muy alejada del tono adulto y violento que suelen tener sus películas. El director neoyorkino ha salido triunfador de ambos envites, obteniendo un resultado deslumbrante, una nueva cima en su carrera. Su mejor película desde Uno de los nuestros (1990). 

La historia se basa en la original novela gráfica (mitad texto, mitad ilustraciones) de Brian Selznick. En ella se cuenta la historia de Hugo, un niño huérfano que se dedica a conservar los relojes de la estación de tren en el París de los años 30. Hugo conserva un autómata que podría contener un mensaje de su padre. Para repararlo, busca piezas sueltas y así es como se topa con el dueño de una juguetería, que podría ser la clave para resolver el misterio. 

Lo primero que hay que decir es que La invención de Hugo es una película que rebosa amor por el cine. No es por lo tanto extraño que un cinéfilo como Scorsese haya encontrado en ella un vehículo para expresar sus emociones como pocas veces ha hecho en los últimos años.

En la historia encontramos representados los tres elementos fundamentales del arte cinematográfico: el tiempo, representado por los relojes detrás de los cuales se esconde Hugo (el alter ego del director, sin duda); la maravilla de la técnica, que vendría a ser el autómata capaz de ofrecer imágenes mágicas; y el elemento único y misterioso del corazón humano, de donde deben salir las historias. De hecho, el autómata necesita un corazón (la llave) para funcionar. Sin él, no es más que un artilugio sin valor.

De la misma manera, la película homenajea al director de cine mudo Georges Melies, que fue de los primeros en ver el cine como un medio para contar historias, soñar fantasías, transmitir emociones. No hay que olvidar que para los primeros pioneros como los hermanos Lumiere, el cinematógrafo no era más que una curiosidad técnica.

Precisamente por hacer un símil con esos primeros tiempos en que el público se asombraba al ver en una pantalla un tren moverse hacia ellos, Scorsese ha recurrido a la última maravilla técnica, el rodaje en 3-D, uniendo así el pasado con el futuro. Y tal como defiende la propia historia, esa técnica está puesta al servicio de la emoción. Tal como ha reconocido el propio James Cameron (responsable de la moda del 3-D con su Avatar), La invención de Hugo representa el mejor uso artístico que se ha hecho hasta ahora de las tres dimensiones. 

Pero esta película inclasificable, perfecta técnicamente (no hay que olvidar que es la que más nominaciones a los Oscar atesora este año, nada menos que 11), mágica visualmente, consigue además llegar al corazón del espectador con una historia repleta de auténtica emoción, que ensalza el valor supremo de cada ser humano, de su función en el mundo, de la familia como ámbito natural de su desarrollo. Una historia que defiende la humanidad frente a la barbarie de la guerra, que destruye la ilusión y transforma a los hombres en máquinas (idea expresada por la pierna mecánica del jefe de estación, antiguo combatiente de la I Guerra Mundial o por el sueño en que Hugo se ve convertido en autómata). 

En definitiva, estamos ante una película que se puede convertir en un clásico imperecedero, y quién sabe si una de las últimas obras maestras de un genio del cine como Martin Scorsese. No se la pierdan bajo ningún concepto. 

Federico Alba.

 

Ficha técnica:

 (Hugo, EE.UU., 2011)

 

Director: Martin Scorsese

Intérpretes: Asa Butterfield, Chlöe Grace Moretz, Ben Kingsley, Sacha Baron Cohen

Duración: 126 minutos.

Género: aventuras, familiar.

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