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La leyenda de Barney Thomsom

Caratula de "" () - Pantalla 90

Crítica:

Público recomendado: Adultos

El humor inglés siempre ha tenido magníficos exponentes en el cine y fue uno de los canales que licuaron en la comedia negra, que tuvo una sobresaliente concreción en 1955 con El quinteto de la muerte, de Alexander Mackendric, con Alec Ginness y Peter Sellers, como dos de sus protagonistas de sendos delincuentes de una banda que se traicionaba entre ellos para quedarse con el botín.

Tras notables referentes de una y otra parte del mundo, nos llega ahora La leyenda de Barney Thomson, que dirige y protagoniza aquel entrañable exhibicionista que nos encandiló a finales de los 90 con Full Monty: Robert Carlyle (Riff-Raff, Full Monty, Trainsporting….).

Éste se embute en la piel de Barney, un gris barbero escocés que un día mata por accidente al hijo de su jefe y cuyo suceso vuelve a repetir varios días después con otro de sus compañeros. Paralelamente a estas “desgracias” que no confiesa Barney, la ciudad se ve azotada por los “envíos” postales macabros con restos humanos que informan de que son de familiares de quienes los reciben. Un policía (Ray Winstone: Hugo, Al límite, La proposición…) sospecha que el peluquero tiene que ver con estos crímenes. Por su parte Barney, acude a su sesentona madre (Emma Thompson: Lo que queda del día, En el nombre del padre…) para que le ayude a “gestionar” los cuerpos de los compañeros que ha matado involuntariamente.

Es en este momento, cuando la trama principal coincide con la secundaria es dónde el “climax” pierde fuelle velozmente y va caminando hasta un final sin brillo, como el propio personaje al que da vida Carlyle, que finalmente vive unos momentos de éxito inmerecidos.

Porque este es otro de las imposturas que La leyenda de… realiza al primigenio género de comedia negra: el salir indemne por sus acciones, cosa que no sucede en aquel final de El quinteto de la muerte y tampoco en la versión de hace unos años de estilo sureño que materializaron los hermanos Coen: The ladykillers, donde Tom Hanks también “paga” el peaje por las malas acciones que se da en ella y en toda fábula.

Un final así y la “despedida” de la madre de Barney (una buena caracterización e interpretación de Emma Thomson) desencantan el estreno tras la cámara de Robert Carlyle.

 

 

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