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La Liga de la Justicia

Caratula de "Liga de la Justicia"

Crítica:

Público adecuado: jóvenes

El universo fílmico basado en los superhéroes de DC Comics llega a su clímax con el estreno de Liga de la Justicia, el grupo ideado por Gardner Fox en 1960.

Después de la muerte de Superman, unas diabólicas fuerzas alienígenas planean un asalto a la Tierra. Bruce Wayne (Batman), que aún se siente responsable de lo sucedido al hombre de acero, pedirá ayuda a Diana Prince (Wonder Woman) para formar un grupo de humanos con poderes que pueda combatir la amenaza que se aproxima.

Zack Snyder, padre de una extensa prole, siempre ha dado a las relaciones familiares una posición central en la temática de sus películas. Sus aportaciones al universo DC no son una excepción: en El Hombre de Acero nos contaba la influencia de dos padres distintos sobre Superman. En Batman v Superman las madres de los dos héroes tenían un papel destacado en el desarrollo de su relación. Finalmente, la Liga de la Justicia se convierte en una especie de núcleo familiar sustitutivo para esta serie de personajes huérfanos o con carencias familiares.

Así, los dos jóvenes que se unen al grupo (Barry Allen -Flash- y Victor Stone -Cyborg-) sufren la ausencia de uno de sus progenitores: el padre de Barry está en la cárcel, mientras que Victor perdió a su madre en un accidente. Los veteranos del grupo, Batman y Wonder Woman, se convierten en figuras sustitutivas para ambos: Bruce Wayne es quien recluta a Barry, y desde el principio actúa como su mentor, haciéndole descubrir la satisfacción de usar sus poderes para ayudar.

Por otro lado, Diana es la encargada de captar a Victor, y durante la película nos dejan varios momentos de conexión emocional entre ambos, que convierte a la amazona en la figura que suple a la madre ausente del joven. Tanto Barry como Victor encuentran en el ejemplo de Bruce y Diana el modelo para encauzar sus vidas, cuando parecían que estas iban a la deriva.

También nos presentan el personaje de Arthur Curry (Aquaman), un outsider rechazado por los atlantes y por los humanos, y abandonado por su madre al nacer. Este rebelde solitario se une al grupo con muchas reticencias, pero finalmente encuentra su lugar en el seno de esta peculiar familia.

Viniendo de la dramática (y excelente) Batman v Superman, resulta gratificante que Snyder culmine el arco de transformación de Bruce Wayne, que recuperaba su fe en la humanidad gracias al sacrificio de Superman, y que aquí debe luchar con su sentimiento de culpa. Wonder Woman, por su parte, deberá asumir las consecuencias de haber abandonado el mundo de los hombres durante casi un siglo.

También se cierra el ciclo de alegoría cristológica de Superman, iniciado en El Hombre de Acero. Después de haber pasado por sus momentos más oscuros en la película anterior, incluyendo su muerte, Superman resucita para ofrecernos la versión más clásica y luminosa del héroe de la capa roja.

Al margen de todo este contenido temático, Liga de la Justicia resulta un auténtico espectáculo para cualquier espectador que guste del cine de acción, y un disfrute absoluto para los seguidores de los personajes de DC Comics y de los superhéroes en general. El equilibrio entre épica, humor, acción y calidez está muy conseguido, resultando en un entretenimiento de alta calidad.

Por desgracia, la película también presenta ciertos defectos que es difícil pasar por alto: el principal de ellos es un montaje demasiado apresurado, debido a que los directivos de Warner exigieron que la duración no sobrepasara las dos horas. Así, algunas escenas entran demasiado de golpe, sin tiempo a respirar; hay ciertos vínculos entre escenas que se echan en falta; y sobre todo, se echa de menos algo más de contexto para presentar a los personajes nuevos.

Como parte de la película proviene de material adicional rodado por Joss Whedon (el director original, Zack Snyder, tuvo que abandonar la producción debido a una tragedia familiar), también se puede apreciar que el acabado de algunos planos, sobre todo en lo referente a efectos especiales, no está a la altura del resto del film.

Aún así, la película merece ser vista en cine por todos aquellos que gusten de un buen espectáculo, acompañado de una historia y personajes que quedan lejos de resultar vacíos.

 

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