Crítica
Público recomendado: +13
Una interesante aproximación al mundo de la maternidad y la adolescencia, con un toque documental que aporta un realismo que funciona. Unas actrices muy naturales, muchas no profesionales, que consiguen transmitir la urgencia de reflexionar sobre lugares como La Maternal; una residencia para madres solteras en donde pueden aprender el valor de ser madre y la contradicción tan extrema, de serlo durante la adolescencia.
La película está dirigida por Pilar Palomero, ganadora del Goya a mejor guion original y a mejor dirección novel en 2020, por su ópera prima, La niñas. En esta ocasión nos cuenta la historia de Carla, una adolescente de 14 años, rebelde y mal hablada, que vive con su madre soltera y que siempre está con su amigo Efraín. De repente, Carla queda embarazada y será la trabajadora social quien le recomiende ir a un centro para madres solteras. Ya, en La Maternal comparte su día a día con otras jóvenes que, como ella, tienen una historia que afrontar. Todas juntas, con la compañía de los trabajadores del centro y sus bebés, tratarán de adaptarse a un mundo de adultos que les ha sobrevenido sin estar preparadas. Muy interesante la evolución de Carla y de su madre, con una gran interpretación de la jovencísima Carla Quílez. Brutal el momento en que Carla le pide a su madre que le cante la canción de Estopa, de cuando ella era pequeña y no se dormía… Una película llena de delicadeza y muchos detalles de una gran humanidad.
Según cuenta la propia directora, la historia de La Maternal fue concebida durante la pandemia, con un importante ejercicio de documentación; de hecho, el personaje de Carla es una mezcla de testimonios directos de madres reales, que afrontaron esta gran desproporción entre adolescencia y maternidad. Una circunstancia límite, de relaciones extremas, complejas, pero finalmente interesante a nivel humano. Muy valiosos los testimonios de las otras madres y la relación de “familia” que se forja en el centro para madres solteras.
Una película llena de positividad que pone en valor el trabajo y los lugares de acogida para madres solteras u otros centros temporales. Lugares capaces de ayudar a las personas a aceptar su nueva vida, a recuperar el amor por su responsabilidad y la ilusión de afrontar una nueva etapa. A nivel familiar la película es conmovedora también por cómo Carla forja vínculos, que la irán acompañando en su tarea: la de aceptar y asumir su maternidad. En este sentido recuerda a películas como Las vidas de Grace (2013) o la miniserie de T.V. La asistenta (Netflix, 2021), que narra la odisea de una joven que sufre maltrato doméstico.
Una dirección sencilla pero poderosa. Un arranque tosco y desagradable, que muestra la dureza de una adolescencia desbocada, del desamparo de las redes sociales y su hermosa evolución hacia un lugar en donde la comunidad ayuda al sujeto a desarrollarse y amar la vida. La Maternal es una interesante película por su expresión comunitaria, concretada en el deseo que brota en su protagonista de pertenecer a un lugar que la sabe abrazar. Sin duda, de lo mejor del año.
No se la pierdan.