Crítica:
Público recomendado: Todos
El productor Manuel J. Goyanes contrató al realizador de cine de serie B, George Sharman, para dirigir a la joven Marisol en una de sus películas adolescentes más recordadas. La película tuvo la suerte de contar con un elenco actoral de primer nivel como Antonio el bailarín o Fernando Rey. La historia revisita el clásico de la Cenicienta de forma muy libre y teniendo prácticamente en común sólo con ella el Mcguffin del zapato perdido. Como casi todas las películas de Marisol, y prácticamente todo el cine español de los 60, la moralina impera en el trasfondo de una historia que no pretende mucho más que ensalzar el espíritu español.