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Lawrence Anyways

Lawrence Anyways 

Público recomendado: Adultos

Con apenas 24 años, Xavier Dolan -actor, productor, guionista y realizador canadiense, hijo del cantante quebequense Manuel Tadros y Geneviève Dolan- ha presentado sus tres películas en el Festival de Cannes con bastante apoyo por parte de la crítica. Laurence Anyways es su tercer trabajo y el primero en llegar a las pantallas españolas. Las dos anteriores –J’ai tué ma mère y Les amours imaginaire- está previsto que se editen este mes en nuestro país.

Esta última propuesta nos introduce en la vida de Laurence (Melvyn Poupaud), un profesor de instituto que a los treinta y tantos decide cambiar de sexo, y repasa las dificultades sociales, familiares y de pareja que acarreará dicha decisión. Desde una perspectiva totalmente afín con la ideología de género, que considera la identidad sexual como una cuestión variable que no tiene que ver con la naturaleza biológica de la persona, se expone que este tipo de cambios son inevitables y fundamentales, mientras que – paradójicamente- se relativiza sobre el tema y se ensalza la postura de tolerancia y aceptación máxima como básica. Aparentemente, una disposición radical como la de este hombre no tiene por qué afectar a la vida del implicado ni a la relación con sus allegados de manera significativa.

Sin embargo, a través de la relación de Laurence y su novia Fred (Suzanne Clément), una mujer moderna y liberal que intenta permanecer a su lado como su compañera sentimental, se observa que todo lo anterior no es tan factible. La relación entre ambos experimenta constantes idas y venidas porque, efectivamente, Fred no es capaz de sobrellevar el cambio con la disposición a la que aspiraba en un primer momento. También sorprende y causa tristeza que la madre del protagonista (Nathalie Baye) comience a acercarse a su hijo reconociendo el rechazo que este le ocasionaba antes de desear ser una mujer. Al mismo tiempo, llama la atención el hecho de que a lo largo del film todos ellos hablen continuamente sobre el drama que están viviendo a raíz de la consabida decisión sin apenas progreso, como si realmente no se preocuparan por analizar y resolver sus problemas, que son mucho más complejos y trascendentales que lo señalado más arriba.

Así, en Laurence Anyways Xavier Dolan destaca por presentar un estilo visual personal y prometedor, pero no como narrador ni tampoco como director de actores. Si bien es cierto que la película recoge un lapsus temporal de diez años -desde finales de los ochenta-, el argumento de la misma y la escueta exploración psicológica de los personajes simplemente no justifican los 160 minutos de metraje.

Para compensar todo esto, en lo que parece un esfuerzo exagerado por crear la ilusión de profundidad de la historia, Dolan crea una estética y ambientación colorista, vintage, muy atractiva -que recuerda a la vez que supera a la de Almodóvar- y proporciona escenas contemplativas (como aquella en la que aparece una mariposa como símbolo de la transformación que el protagonista experimenta). Del mismo modo, y aunque ciertamente resultan convenientes para el momento histórico en el que se sitúa la película, rechina y resulta algo pedante el hecho de que un joven nacido en 1989 introduzca secuencias con estética de videoclip a modo nostálgico y “revival” de temas musicales (Depeche Mode, Kim Carnes, The Cure, Duran Duran…) pertenecientes a un tiempo que no ha conocido de primera mano.

Larissa I. López

 

Ficha técnica:

(Canadá-Francia, 2012)

Duración: 159 min.

Género: Drama.

Dirección y guion: Xavier Dolan.

Interpretación: Melvil Poupaud (Laurence Alia), Suzanne Clément (Fred Belair), Nathalie Baye (Julienne Alia), Monia Chokri (Stéfanie)

 

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