Crítica
Público recomendado: +13
Es un hecho innegable: las plataformas han cambiado las reglas del juego. La crisis sanitaria que estamos padeciendo no ha hecho sino dejar en evidencia una situación que se llevaba dando desde hacía años: la necesidad de una renovación real en los planteamientos de producción y distribución de las películas en las salas de cine. El consumo de películas bajo demanda se ha disparado y las productoras se han lanzado a realizar nuevas apuestas, con el objetivo no dejar atrás ningún punto fuerte de beneficio; el mejor ejemplo lo encontramos con la estrategia del estreno simultáneo en cines y plataforma streaming de Warner Bros. y su acuerdo con HBO Max, que puede ser más o menos criticable, aunque efectiva. Por ello, los espectadores americanos pueden ver Godzilla vs. Kong en cines y desde el calor de sus hogares desde el 31 de marzo. Así pues, España no ha querido quedarse atrás en su apuesta por el estreno en cines y en plataforma, pero de una forma distinta: en el caso de Libertad de Enrique Urbizu, tenemos una película en cines y una miniserie con material más desarrollado en Movistar+. El experimento, aunque no novedoso, es notable y tiene lógica, pero el resultado final es un esfuerzo de revisionismo histórico bien fotografiado, pero demasiado forzado aunque cumpliendo sobradamente en los terrenos del western.
La obra nos cuenta la historia de una bandolera, La Llanera, que tras salir de la cárcel trata de buscarse la vida como puede, enfrentándose a los peligros afloran en la España de principios del siglo XIX. Como punto aclaratorio: esta crítica pretende ser un punto intermedio entre la película estrenada en cines y la miniserie, puesto que tiene sentido ver ambas en sus terrenos determinados, primero en cines, luego en streaming. Verla en cines resulta una experiencia espectacular, puesto que la fotografía y los lugares de rodaje suman en crear un aspecto visual majestuoso, que junto a la buena labor de dirección de Urbizu conjugan un placer para el ojo del espectador. Eso sin dejar atrás los efectos de sonido y demás aspectos técnicos, que como se pueden imaginar es sobresaliente. La historia tiene su encanto, pero uno no puede dejar de pensar que lo que está viendo es un Curro Jiménez moderno revisionista y con mayores aspiraciones; el reparto no ayuda demasiado, puesto que estamos ante un plantel bastante caótico y desigual. La miniserie posee una mayor profundidad, además de contar con uno de los momentos más memorables de la producción española del presente año, en el episodio 3, auténtica razón de ser de la miniserie y corazón mismo de esta producción.
En resumen, la obra es un western que cumple con su cometido, cuyos aciertos visuales superan con creces las debilidades de un reparto extraño y de un guion un tanto revisionista, bastante disfrutable para los amantes del género.