Crítica:
Drama de aventuras de Nicholas Ray escrito y dirigido como si fuera un western en el que se narra la forma de vida de una pareja de esquimales y su inocente forma de entender la existencia humana. Aunque es algo tediosa por momentos, Anthony Quinn pudo lucirse a gusto en una película que está hecha por y para su lucimiento. La forma de entender la vida y la existencia de un pueblo casi extinguido es el eje central de una historia que reverencia las viejas costumbres y el amor a la tierra y la familia. Aunque un pastor intenta llevar el mensaje de Cristo a los esquimales y estos lo rechazan, la razón es más por una cuestión puramente cognitiva y falta de entendimiento entre el pastor y el esquimal que por un rechazo frontal a la fe.