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Los tres reyes malos

Caratula de "" () - Pantalla 90

Crítica:

Público recomendado: Adultos

La aglomeración de situaciones disparatadas sexuales, adictivas, iconoclastas…, aderezadas con diálogos del mismo trazo grueso, son el distintivo de la comedia gamberra The night before (en España, Los tres reyes malos), dirigida y escrita por Jonathan Levine, que cuenta con la actuación de la cantante Miley Cyrus, muy comedida en los breves momentos que aparece.

Por acumulación. Parece una competición donde todo tiene hueco en los desmadres en los que se embarcan para celebrar la Nochebuena Ethan (Joseph Gordon-Levitt: Beethoven, Lincoln, The walk…), Isaac (Seth Rogen: Donnie Darko, Kung Fu Panda, Malditos vecinos…) y Chris (Anthony Mackie: Million dolar baby, Haven, Notorius…), tres amigos que todos los años se juntan para “quemar” la noche que precede al día de Navidad. De este modo, Isaac y Chris parecen realizar la buena obra de estas fechas con la que acompañan a su amigo huérfano Ethan desde que murieran sus padres en accidente.

No hay tregua en este filme de Levine (Memorias de un zombie adolescente, 50/50, Seducción mortal…) que parece un “in crescendo” para todo tipo de excesos y gamberradas, síntesis actual de qué significa la Navidad para el mundo consumista que vivimos. Lo constatamos aquí con la llegada, para quedarse, desde EE.UU del Black friday o imitar a lo “Rockefeller center” de la gala para encender el árbol en la plaza Mayor de Madrid, que organizó recientemente TVE. Pero también aportamos los autóctonos nuestro granito de arena, por ejemplo, adelantando el turrón a septiembre, cuyo resultado es que cuesta encontrarlo ahora.

Esto no hay quien lo pare, y, en este clima, no desentonan Los tres reyes malos. Pero sí sucede con las incoherencias de los personajes, sobre todo en Isaac y Chris, que pasan mecánicamente en distintas escenas de la aceleración sexual o drogodependiente a chicos sensatos en un final estrambótico.

Y así, se muestran cuando Ethan (el personaje más creíble de todos) decide apostar por reconciliarse con su antigua novia y pedirla en matrimonio durante un concierto de Miley Cirus. La cantante le sugerirá que “explote” los buenos sentimientos navideños para conseguir ese fin.

Por lo dicho, esta comedia es solo una pequeña vuelta de tuerca de la sensibilidad actual con la que se vivirán los próximos días —por lo que no extraña que muchas personas los rechacen—, que han sepultado en consumo el hecho portentoso de que hace 2.000 años un niño “especial” nacía en una cueva de un pueblo de Israel para revolucionar el mundo.

 

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