Generic selectors
Exact matches only
Search in title
Search in content
Post Type Selectors

Mali Twist

Caratula de "" () - Pantalla 90

Crítica

 Público recomendado: +16

De vez en cuando llega a la gran pantalla una de esas películas que te mantiene pegado al asiento del cine hasta el final del final de los créditos, de las que requieren retener la emoción en el cuerpo.

Mali Twist es la historia de unos jóvenes que soñaron a lo grande y a lo lejos, en mitad de un momento de máxima agitación social y política en la Bakamo (capital de Mali) de los años 60, cuando el twist les robaba horas de sueño y estudio a los hijos de los mejores comerciantes de la ciudad y muchos de los ciudadanos acariciaban la utopía socialista de Stalin, que como hoy sabemos, nunca se fraguó en la historia del país africano.

La obra recibió el premio al mejor largometraje en la Sección oficial del Seminci de Valladolid, un festival que ya premió al director francés con la espiga de oro en 2000 por La ciudad está tranquila.

Lara, encarnada por Alice Da Luz, y Samba, interpretado por Stéphane Bak (La Crónica francesa, Tokyo Shaking) protagonizan una bella e intensa historia de amor que va calando a fuego lento en la trama, a base de miradas, sonrisas y pasos de twist, aportando esa chispa anecdótica y nostálgica que ilumina la confusa situación social del momento. Las deslumbrantes facciones africanas de los actores es un regalo de Guèdiguian.

También lo es el casting, la calidez de los planos, la ambientación, los colores, la fotografía… podemos decir que pocas cuestiones deja en insuficiente el homenaje del director a este país a menudo olvidado por Europa.

Robert Guèdiguian es un prestigioso director, guionista y productor, Marsellés, de ideología comunista, es autor de grandes películas. Algunos de los títulos de su filmografía son Gloria Mundi (2019), La casa junto al mar (2017), premiada por el Festival de Venecia, Una historia de locos, o la adaptación de Las nieves del Kilimanjaro (2011), ¡Al ataque! (2001), Marius y Jeannette (1997) o De todo corazón (1998), entre muchas otras.

A pesar de las muchas diferencias con Memorias de África, el director se sirve del valor universal del romanticismo para teñir de pasión el telón del colonialismo, fórmula que también funciona en Palmeras en la Nieve y otras tantas cintas. El director, en este caso, refleja en la película una original reflexión que cuestiona la contradicción que se da entre la fiesta y la revolución.

“Los intentos de socialismo está siempre del lado de la razón, el trabajo, el esfuerzo. (…) He intentado mostrar el error total de los dirigentes de Mali que consideraban que esos clubes albergaban una ideología contrarrevolucionaria”.

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad