Crítica

Público recomendado: +12

Película estrenada en plataformas

Steven Wouterlood dirige esta simpática y fresca película holandesa basada en la novela de Anna Woltz. La familia de Sam pasa el verano en una isla cerca de la frontera con Alemania. Sam vive encerrado en su gran mundo imaginativo hasta que conoce a una niña luminosa que le cautiva: Tess. Y empieza a pasar todo su tiempo libre con ella.

Esta entrañable película cuenta con varios puntos gravitacionales. En orden cronológico, el primero es el miedo a la soledad de Sam. Piensa que al ser el más pequeño de su familia, morirá el último, y que por tanto debe estar preparado para la soledad. Y decide comenzar un entrenamiento de soledad. El paso del tiempo y la muerte es algo que le preocupa en relación con todos los seres vivos. Recordemos también el plano en el que Sam se queda mirando un cartel del ambulatorio médico en el que se lee Denk nu alvast aan later, “Piensa ahora en el futuro”. Esta cuestión del tiempo, el futuro, la espera… están muy presentes en el film, y nos ofrece una perspectiva interesante de cara a su eje central, que es la experiencia familiar. La familia, no sólo como referencia afectiva, sino como realidad espacio-temporal que nos permite estar seguros en el presente y tener una certeza para el futuro. Y esto nos lleva a los otros dos puntos gravitacionales del film: las familias de Sam y de Tess.

De hecho, las preocupaciones un tanto abstractas que están en la cabeza de Sam van a ser poco a poco disueltos por estas dos experiencias nada imaginarias: su satisfactoria experiencia familiar y la incompleta experiencia de su amiga Tess. Sam tiene un hermano mayor con el que tiene buena relación y un padre que participa de su vida y juega con él; de hecho su padre está casi más presente que su madre, a menudo fuera de juego por episodios de migrañas. Tess en cambio vive con su madre soltera y algo alternativa. Tess se ha inventado que su padre murió en un volcán, pero la realidad es que ella nunca ha conocido a su padre, el cual tuvo un affaire veraniego con su madre y desapareció, sin saber ni siquiera que había engendrado una hija.

Pero Tess no para de buscar a su padre por internet, porque para ella es imprescindible conocerle, saber quién es, y en el mejor de los casos, empezar con él una relación. Esas dos experiencias familiares tan diversas van a entrelazarse cuando Sam se implique hasta el fondo en el hipotético reencuentro padre-hija, consciente de lo bueno que es tener un padre, y por tanto, de lo beneficioso que podría a ser para Tess.

La película reivindica el valor de la paternidad, elogia la familia y la responsabilidad frente a los vínculos. Cinta ideal para ver en familia por sus valores positivos.