Crítica
Público recomendado: +16
La comedia de misterio Mira cómo corren (2022, Tom George; director de TV) es, desde el propio título, aquello que llaman metarreferencial. Una canción de cuna británica cuyo verso dice así, hace referencia asimismo a La ratonera de Agatha Christie, la obra de teatro que detenta el primer lugar a la temporada más longeva de la historia (se estrenó en 1952 en el West End londinense, y se interrumpió solo durante la pandemia. Cuenta con más de 28.000 funciones). Y es precisamente durante la celebración de la centésima función de La ratonera en la primera mitad de los años cincuenta en Londres cuando y donde está ambientado este rico whodunit dentro de un whodunit. Paciencia, que esto es nada.
Leo Köpernick (Adrian Brody) es un director de cine americano que ha sido puesto en lista negra en su país —seguramente quería un mundo mejor— y que se encuentra en Londres con la ambiciosa idea de dirigir la adaptación al cine de La ratonera, la cual pretende que sea «menos aburrida» que la obra en la que se inspira. Recorriendo tras bambalinas el teatro el día de la función número cien, nos explica directamente a los espectadores que La ratonera, así como su película y la que vemos, es un whodunit, por lo que «si has visto uno, los has visto todos». En una secuencia en la que se lo ve muy orgulloso de su inteligencia y astucia, Köpernick narra los eventos que llevan a la esperada primera muerte del misterio como lo hiciese Joe Gillis en El crepúsculo de los dioses (Wilder, 1950).
Con el hallazgo del cadáver entra entonces, como corresponde, el detective: se trata del inspector Stoppard (Sam Rockwell), llamado como el dramaturgo Tom Stoppard, autor de El verdadero inspector Hound, donde dos críticos de teatro se ven inmersos en una serie de eventos paralelos a la representación de una obra de teatro de misterio que están viendo. «Era un verdadero sabueso (hound)» exclama uno de los personajes en Mira cómo corren refiriéndose al inspector Stoppard, quien ya desganado y aplastado por la rutina y los viejos hábitos es acompañado por la joven novata, avispada, ansiosa y cinéfila Constable Stalker (Saoirse Ronan, divertidísima) para investigar el caso. El dúo es imbatible.
La metarreferencialidad no acaba aquí: el actor principal de La ratonera se llama Richard Attenborough (Harris Dickinson), como el actor, quien es en realidad quien interpretó al detective en el elenco original de La ratonera en 1952. Como si fuese poco, la trama de este whodunit hará confluir a los personajes para la resolución del misterio nada más y nada menos que en la casa de la propia Agatha Christie (Shirley Henderson).
Con colores otoñales, ritmo despabilado y en ocasiones con pantalla dividida, a lo Wes Anderson, Mira cómo corren no pretende ser sino lo que es: una historia de detectives que no intenta cambiar ni subvertir el género, fresca y alegre por despreocupada, divertida y compleja en sus homenajes al propio género. Es, en este sentido, un equivalente de Scream (Wes Craven, 1996) del whodunit, una cinta preñada de referentes al género al que pertenece. Tiene incluso su propio Randy (Jamie Kennedy en Scream) en el personaje de Ronan, alguien que conoce todos los referentes de las historias de detectives y que resulta crucial para atar las conclusiones que llevarán a la resolución del misterio. El equipo técnico y el elenco disfrutan del jugar con las convenciones del género tanto como el guionista Mark Chappell. Una cinta juguetona y bien ejecutada, reconfortante entre tanto panfleto.