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Miss Bala

Miss Bala

Público recomendado: Jóvenes y adultos

Gerardo Naranjo resbala en su arriesgado cuarto largometraje tras firmar un guión típico, sin garra, sórdido, violento y poco creíble en el desarrollo de sus personajes a pesar de su osada y vigorosa propuesta visual e histórica. 

Inspirada en hechos reales, Miss Bala obtuvo la Mención Especial del Jurado en el Festival de Cine de San Sebastián y fue candidata por México a los Oscar y a los Goya en sus últimas ediciones. 

El filme cuenta la historia de los sueños rotos de Laura, una joven mexicana que intenta mantener sus ilusiones pese a que su vida, junto a su padre y a su hermano pequeño, no es fácil. Una de estas pequeñas alegrías que se permite es la de presentarse junto con su mejor amiga a un concurso de belleza local, aun sabiendo que sus posibilidades son pocas. Una noche, cuando se divierte con otra amiga en una discoteca, asiste a un tiroteo que se cobra varias víctimas. Para evitar la muerte se ve obligada a delatar su identidad a los asaltantes, una banda de narcotraficantes de la zona. A partir de ese momento el jefe de la banda la introducirá a la fuerza en un mundo que le supera. 

Gerardo Naranjo, tras sus discretos trabajos anteriores Malachance (2004), Drama/Mex (2006) y Voy a explotar (2008), afronta el caos en torno a la droga en México y sus consecuencias a través de pocos personajes y cierta sencillez visual, pero sin renegar de las elevadas dosis de violencia como de otras escenas de carácter sexual algo forzadas. 

A esta debacle fílmica, excesiva y confusa, se suma un guión cuyos diálogos no terminan de ser creíbles a causa de un elenco de secundarios que no da la talla. Sólo la presencia de la actriz protagonista Stephanie Sigman eleva el nivel del conjunto sin que ello evite que la trama se alargue demasiado en su tercio final, cuando dramáticamente tendría que ser al contrario. Todos estos atropellos en la aventura dejan al descubierto la vulgaridad narrativa para la que Naranjo no ha tenido clemencia y opta por el pesimismo como última salida al infierno que ha ido tejiendo durante la historia de forma abrupta. 

De vocación naturalista, Gerardo Naranjo despliega en Miss Bala una puesta en escena vigorosa y muy poderosa visualmente para la que ha renunciado a la música pero ha bendecido los planos secuencia. La película tiene, a su favor, ese fuerte componente de denuncia sobre toda la corrupción y penetración que han logrado los cárteles de la droga. Es más, Naranjo muestra con suma frialdad los tres grandes pilares que sustentan el narcotráfico: la economía sumergida, la corrupción política y policial. Así, el personaje de Laura recuerda vagamente a aquella María Álvarez de María, llena eres de gracia (Joshua Marston, 2004) -otra propuesta dura en torno a la drogadicción, oriunda de Colombia- porque están cosidas por el mismo patrón.

Queda, pues, un producto irregular que se queda en la medianería por no conseguir el equilibrio entre factura técnica y artística, a pesar de la potente presencia del mal, sin opción a la redención, encarnada en el México más enloquecido, que debería ser la causa final y definitiva del drama y no sólo un episodio más en la historia del cine sobre delincuentes y chantajistas al uso. 

José Luis Panero

 

Ficha técnica: 

(Miss Bala, USA, Alemania, Canadá, 2011)

Dirección: Gerardo Naranjo

Interpretación: Stephanie Sigman (Laura Guerrero), Noé Hernández (Lino), Irene Azuela (Jessica), José Yenque (Kike), James Russo (Jimmy), Miguel Couturier (general Salomón Duarte).

Duración: 113 min.

Género: Drama

 

 

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