Crítica:

Público recomendado: Jóvenes

Un marchante en bancarrota, fanfarrón y presuntuoso (Johnny Depp) es contratado por un agente de los servicios secretos británicos (Ewan MacGregor) para recuperar una pintura de Goya robada que se rumorea que tiene el código de cuenta de un banco perdido con un tesoro nazi. Para ello deberá recorrer el mundo entero, al más puro estilo 007, persiguiéndole, rusos, terroristas, agentes y su propia esposa (Gwyneth Paltrow). Además de su “elegancia” cuenta con la ayuda de su inseparable sirviente-matón que lo protege de todo y de todos (Paul Bettany).

Un trasunto de Austin Powers y El inspector Clouseau, que no pretende otra cosa más que entretener, pero que no llega a conseguirlo.

Cuando una peli de acción se hace larga, mala señal. Algo no funciona.

Son muchos los aspectos por los que no cuadra.

Primero David Koepp el director y guionista. Como guionista sabe llevar bien la tensión argumental y los puntos de giro. Algunos de sus títulos súper conocidos lo refrendan (Atrapado por su pasado, Misión Imposible, La Guerra de los Mundos, Spiderman). Todas ellas coinciden en tener una acción ágil y entendible, y muy efectista. Como director, sin embargo no ha sabido dar con la clave. Sus películas avanzan con dificultad, se enredan y van perdiendo fuelles, dejando al espectador frío, a pesar de poseer un material dramático interesante. Tal es el caso de Efecto dominó y la ventana secreta, películas en las que el espectador se queda con la sensación de que algo no ha entendido en el film.

Algo parecido pasa en este caso. Los gags no hacen reír, y la trama gira y gira entorno así misma sin avanzar. Muchos efectos especiales, mucho despliegue, mucho lujo, pero poca chicha.

Los esfuerzos de los actores por sacar adelante esta cinta tan desigual no son suficientes. Ni siquiera los más fans de Johnny Depp (entre los que me incluyo), se sentirán satisfechos. Este actor se está ahogando poco a poco en sí mismo. Y es una lástima porque tiene talento de sobra para salir de ahí.

Ewan McGregor pone entusiasmo y pasión y realmente se vislumbra que se lo ha debido pasar genial rodando la película, pero su entusiasmo no puede sacar adelante todo. A Gwyneth Paltrow, le pasa algo parecido. Recrea a la esposa dominante del marchante, pero su talento está deslucido. Repite papel de mujercita del héroe (en este caso antihéroe) que ya hiciera en Iron Man, por lo que más le vale buscar l alternativas de papel, si no quiere acabar encasillada.

Por lo demás, la película tiene una fotografía que intetna imitar al Wes Anderson de Hotel Budapest y lo consigue. Y destaca por sacar del olvido a un gran actor Jeff Goldbulm, que ha sido injustamente olvidado  por un Holywood que parece premiar más el dinero que el talent.