Crítica:
Público recomendado: Mayores de 7 años
Larraín quiere ofrecer un poema visual, con escenas cortas que marquen el ritmo y las pausas, y que al mismo tiempo sea un relato policiaco, un sorprendente y disparatado juego de persecución, sobre un personaje que se ha convertido en un mito en su país. Pero no acaba de alcanzar sus objetivos y la película, entretenida a ratos, se hace larga y repetitiva. Los actores están bien, pero no logran conectar con el público, no consiguen que el espectador se identifique con la historia. Todo en Neruda se queda a medio camino.