Crítica
Público recomendado: +18
No hables con extraños coincide, no sin motivo, con una de las primeras frases que oímos de nuestros padres cuando empezamos a entender las palabras, junto con “no se coge nada del suelo”. Nunca deja de usarse y desde luego no sin razón. Ahora bien, ¿qué pasaría si fueran los mismos adultos los que fueran más allá? Es lo que abordó la película danesa Gæsterne en 2022 y ahora nos llega la versión americana, producida por Blumhouse, especializada en este tipo de cintas, y dirigida por James Watkins.
Cuando una familia estadounidense va invitada a pasar un fin de semana en la idílica finca campestre de una encantadora familia británica que conocieron en unas vacaciones, lo que comienza como una escapada de ensueño pronto se convierte en una retorcida pesadilla psicológica.
Hay que reconocer que la idea base del guion es algo endeble ya que no es muy verosímil que unos padres acepten, de buenas a primeras, la idea de ir a pasar unos días en casa de otra familia que apenas conocen. Lo suyo sería ir poco a poco quedando en momentos puntuales para, finalmente y tras un tiempo, aceptar la invitación, pero dado que si así pasase no habría película, aceptemos barco.
Y aquí es donde entra la buena labor actoral del reparto, encabezado por un sólido James McAvoy que vuelve a demostrar ser un todoterreno capaz de enfriar la sangre con solo una mirada. Le acompañan, y muy bien, Mackenzie Davis en su rol de madre con personalidad pero sobreprotectora y extremadamente preocupada por el medio ambiente, la sostenibilidad y la contaminación, y Scott McNairy, que realiza muy bien su papel de padre introvertido al que le cuesta mucho hacer valer su opinión. El contraste funciona: unos disfrutan viviendo la vida con intensidad y otros son mucho más comedidos, aunque a la hora de la verdad unos tienen la cabeza más amueblada y otros traslucen una vida llena de traumas no solucionados. Ese choque se va intensificando conforme avanza la trama hasta alcanzar niveles extremos.
Los temas abordados son variados y bastante interesantes, como esa necesidad de mostrarnos perfectos en las redes sociales cuando en realidad nuestra vida puede tener muchos problemas que intentamos ocultar. También se nos recuerda que está muy bien cuidar el planeta, pero hay ciertas cosas necesarias, como el control de plagas y de especies, sobre todo si ponen en peligro el crecimiento de otras especies. Además, que los problemas matrimoniales deben solucionarse, y eso se hace hablando con sinceridad, calma y mesura, no intentando hacer como que no pasó nada.
Por desgracia la duración es excesiva y el nivel de violencia y algunos detalles sensuales empañan el resultado final, dando lugar a un clímax coherente pero durísimo que deja muy mal cuerpo, sumando a esto un par de blasfemias absolutamente innecesarias.
No hables con extraños gustará a los fans del terror y el suspense y se agradecen los mensajes positivos sobre la familia y la educación de los hijos, pero podría haberse tenido más contención en asuntos importantes.
Miguel Soria