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No somos nada

Caratula de "No somos nada" (2021) - Pantalla 90

Crítica

Público recomendado: +18

La verdad es que cuarenta años de trayectoria en el mundo del rock merecen un respeto. También es verdad que si la propuesta musical de La Polla Records tiene su público, su propuesta de vida, llamémosla ideológica o existencial, es algo que ya huele a formol. Un tipo de letras y de actitud de rebelión de alguien que vive en un mundo que ya no existe, rebelándose y luchando contra molinos de viento y cuando se rebela frente a enemigos verdaderos, no se da ni cuenta de que ya se ha colocado en el mismo bando que esos supuestos enemigos y que su combate es pura retórica narcisista y autocomplaciente. Este es el triste resultado de abandonar el pensamiento en favor del eslogan.

Evaristo, cantante y letrista de la banda, es queien conduce este documental, con mucho diálogo, donde habla de todo lo habido y por haber, la música, los comienzos, su visión de la composición, de su familia, y de su ideología izquierdista de la más desfasada, de la que sigue estancada en clichés que aguantaron como mucho hasta los años 60 del siglo pasado. En España no hay grandes pensadores, y nuestra izquierda asimiló mal el marxismo, lo cual fue bueno para todos. Evaristo es militante de esta izquierda anclada en eslóganes sobre el capitalismo; incapaz de ver que la izquierda a nivel global se ha tragado el discurso de los nuevos derechos, de la ingeniera social propia de la ideología de género. Hay una izquierda que no quiere ver que se ha unido al capitalismo financiero salvaje más globalizado, que se ha adherido (como parásito o simbiosis, eso ya no sé) a las grandes compañías de alcance mundial, que son todas firmes defensoras del “nuevo orden mundial”. Pero como Evaristo es un tío sencillo, reconoce que sus lecturas se quedaron limitadas a los cómics. No era la idea del documental, pero es una confesión muy interesante. Sus letras, sencillas y directas, tienen una contundencia que ha hecho fortuna en todo un sector del público que busca culpables, que prefiere la crítica ácida y mordaz y que mira con desconfianza al que trabaja seria y calladamente, al que crea empleo, al que arriesga su dinero, y al que cree en la libertad y desconfía del poder del Estado. Evaristo es de los que aún echa culpas a Franco y al Opus, y dice que el capitalista explota al obrero. Todo un fino análisis social y económico.

Los aspectos menos ideológicos del documental aportan cosas de valor, todo sea dicho. Si la Polla Records tiene cosas que merecen la pena, una era el compañerismo, como cuando pagaron a rajatabla su quinta parte a un músico que tuvo que darse de baja por accidente y tuvo que abandonar la banda; ni fue reemplazado ni dejó de cobrar su parte; porque a veces la solidaridad personal llega donde no llega el estado; otra gran enseñanza no buscada por el documental. Eso sí habla bien de estos tipos; como habla bien cuando reconocen que en sus inicios no sabían ni lo que era un Do menor. Musicalmente empezaron con grandes limitaciones, pero la tenacidad en los ensayos, el trabajo continuo y los miles de conciertos les han dado un sonido grueso y muy contundente. No hay nada que el trabajo serio no consiga. Otra enseñanza no explícita del documental.

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