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Nowhere boy

Caratula de "Nowhere Boy"

Crítica

Nowhere Boy empieza con el mítico acorde de apertura de “A Hard Day’s Night”, a la vez que con un guiño visual al comienzo de la película del mismo título (película que retrata a los Beatles en el punto más alto de su popularidad). Este comienzo nos recuerda así que la historia que vamos a ver no es la de un joven cualquiera: es el forjamiento de un mito, y ahí radica su mayor interés.

La película se centra en la convulsa adolescencia de John Lennon: abandonado por sus padres cuando sólo tenía cinco años, Lennon creció con su estricta tía Mimi, hasta que su madre, Julia, reaparece en su vida. John aún está resentido por su abandono, pero el carácter libre y vitalista de Julia le atrae y le conquista. Es en esta época cuando empieza a interesarse por la música, y cuando forma su primer grupo tras conocer a Paul McCartney.

La película acierta al retratar a Lennon como un chico vulnerable, cuya imagen de joven rebelde, obsceno y sarcástico era sólo una coraza para ocultar sus miedos e inseguridades.

Es el dolor lo que da forma al Lennon artista, pero también al Lennon polémico e iconoclasta. El dolor de una familia rota y unos padres ausentes. El dolor de una educación estricta por parte de su tía, en la que el cariño y los sentimientos debían reprimirse. Finalmente, el dolor de la pérdida: primero la de su tío George (mucho más cercano y comprensivo que Mimi); después, por segunda vez, y cuando empezaba a conocerla, la de su madre (pérdida que traumatizaría de por vida a Lennon).

Julia es presentada como la influencia decisiva en este período en el que Lennon empezó el camino que le llevaría a la fama. Es ella la que le fomentó su pasión por la música, y la que le enseñó sus primeros acordes. Era la mayor fan de su primer grupo, The Quarrymen, e influyó en la actitud de Lennon sobre el escenario. Pero era también una mujer confusa e insegura, por lo que el joven John difícilmente podría encontrar en ella la madurez y el respaldo adulto que sí le ofrecía Mimi.

Esta tormentosa relación entre Lennon y su madre es el centro emocional de la película, que no elude ni siquiera los aspectos edípicos que están presentes en muchas de sus canciones.

Finalmente, la película muestra con sutileza de matices el inicio de la complicada relación entre Lennon y McCartney, siempre entre la amistad y la rivalidad. Al final, es Paul (que había perdido también a su madre) el apoyo principal de Lennon durante la siguiente etapa de su vida.

La directora debutante, Sam Taylor-Wood, se labró su reputación en el terreno de las artes plásticas, y como no podía ser de otra manera, eso se hace notar en un estilo visual poderoso. Sobre todo resulta muy interesante el uso de los flash-backs y sueños, aunque Taylor-Wood no termina de profundizar en ellos. La ambientación nos ofrece una vibrante y nostálgica recreación de los años 50, el montaje transmite la vitalidad juvenil del protagonista, y en cuanto a la música, es un repertorio del rock’n’roll primitivo que cautivó a Lennon: Elvis Presley, Jerry Lee Lewis, Eddie Cochran… También se recrean dos de las primeras composiciones de Lennon y McCartney, “Hello Little Girl” e “In Spite of All the Danger”, y la película se cierra con la sobrecogedora “Mother”, del primer disco en solitario de John Lennon, en la que se enfrentaba a sus fantasmas, y que supone un apropiado broche para “Nowhere Boy”.

En cuanto a los actores, el joven Aaron Jonson (al que muchos recordarán por “Kick-Ass”) encarna convincentemente a John Lennon, transmitiendo todo el encanto, energía y sensibilidad que requiere el papel. Además, el acento de Liverpool y el tono de voz de Lennon suenan muy convincentes en su boca.

Kristin Scott Thomas saca adelante el desagradecido y difícil rol de la tía Mimi, logrando filtrar el amor por su sobrino por entre la fachada de rectitud y seriedad que le impone el personaje.

Anne-Marie Duff compone una desorientada y pasional Julia, y el joven Thomas Brodie Sangster transmite los rasgos más característicos de Paul McCartney.

En definitiva, una película que absorberá por completo a los fans de John Lennon y los Beatles, que disfrutarán con los abundantes guiños a canciones, portadas, anécdotas… Pero la película sin duda puede interesar también al resto de espectadores, ya que se centra más en el lado emocional que en el musical, ofreciendo una historia llena de humanidad. De hecho se le podría achacar cierto toque melodramático en algunos momentos, pero es que la vida del joven Lennon resultó en la realidad tan llena de giros imposibles como se nos muestra en esta película. Más de un espectador le puede atribuir por esta razón un cierto tono de telefilm, aunque las bondades formales de la película la redimen de tal consideración.

 

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