Crítica
Público recomendado: +12
Estreno en plataformas
El cine italiano siempre ha sabido mirar a los pobres con un especial halo de luminosidad. Recordemos la maravillosa Milagro en Milán de Vittorio de Sica o la reciente Lázaro Feliz de Alice Rohrwacher. Ambas utilizan el recurso al realismo mágico como una estrategia de sublimación de la pobreza para poner de manifiesto valores que en la apariencia parecen ocultos. En Pan del cielo de Giovanni Bedeschi volvemos a Milán, setenta años después de Vittorio De Sica, y volvemos también al realismo mágico para encontrarnos que ahí siguen los sin techo, que han pasado de ocupar las periferias milanesas, a dormir en cajeros de banco y pasadizos del centro de la ciudad.
El argumento se centra en una pareja de homeless: Anibal y Lilli. Son ya maduros y marcados por un pasado de dolor. Él es un hombre descreído, malhumorado, y con una triste historia familiar. Ella es una mujer alcohólica herida en su maternidad. Una noche encuentran un bebé en un contenedor. Pero es un bebé especial: no todos pueden verlo. Esta extraña circunstancia se convierte en un auténtico revuelo en toda la ciudad.
Estamos ciertamente ante una película religiosa, pero no confesional. Es muy abierta en su propuesta, y por tanto, un tanto abstracta en lo que a su mensaje se refiere. Ciertamente tiene la virtud de poner sobre la mesa una de las cuestiones más queridas del actual pontificado, la cuestión de la pobreza, y del mendigo como alguien al que mirar y del que aprender en un mundo satisfecho y narcisista. Pero la película no acaba de explotar suficientemente la metáfora, que queda algo desdibujada y ambigua. Pero a pesar de sus defectos la opera prima de Bedeschi es valiosa e interesante.