Crítica
Público recomendado: +18
En Pepi fandango (Lucija Stojevic, 2023) Peter Pérez (Pepi), superviviente austriaco del Holocausto de la II Guerra Mundial, y su amigo músico Alfred Pahola emprenden un viaje por Europa. Cuando era niño, Pepi y su familia judía fueron trasladados al campo de concentración de Rivesaltes, en el sur de Francia. Peter fue separado de sus padres, viviendo junto a niños gitanos españoles refugiados de la Guerra Civil en unas barracas abarrotadas. Allí escuchaba a esos pequeños cantar fandangos para comunicarse con sus padres al otro lado del muro. En cierta manera, se sintió rescatado por esos cantes con los que expresaban su pena, su dolor, sus ganas de reunirse con sus progenitores. Desde entonces, el fandango acompaña y obsesiona a Peter, ya que, a la vez que le ayudó a seguir adelante, es algo que evoca el peor pasaje de su vida.
Tras miles de kilómetros, los dos ancianos llegan a Paterna de Rivera (Cádiz), pueblo que Peter ha visitado durante años con la esperanza de encontrar en el flamenco más puro la clave para enfrentar su pasado. Pérez desea escribir en Paterna su propio fandango como una forma de cerrar sus heridas, pero acaba dándose cuenta de que no es capaz de hacerlo porque no puede aceptar lo que le ocurrió. No le queda más remedio que volver al Rivesaltes y enfrentarse a sus fantasmas, pues, aunque pudo escapar del campo, sigue marcado por todo el horror que vivió en él.
Este documental supone una reflexión sobre la memoria, el dolor y la capacidad del arte para sanar, así como un bello homenaje al flamenco a través del fandango. Al mismo tiempo, la relación de amistad entre Pepi y Alfred, añade aún más humanidad a toda la historia. A través del viaje físico, psicológico y emocional de los dos ancianos, la película nos sumerge en una atmósfera de melancolía y esperanza.
La dirección de la realizadora croata Lucija Stojevic es muy sensible, capturando la esencia de los duros recuerdos de Pepi y la necesidad de sanación y redención que el protagonista arrastra desde su infancia. Por otra parte, Pepi Fandango constituye una propuesta que invita nuevamente a la reflexión sobre las consecuencias del Holocausto y, en general, de las guerras, que hoy se repiten en otras partes del mundo (Ucrania, Tierra Santa, Yemen, Siria, Sahel occidental, Sudán, República Democrática del Congo…) y, sobre todo, sobre las profundas heridas que éstas ocasionan en personas inocentes.
En ocasiones, la estructura narrativa de la película resulta dispersa y el ritmo lento y reiterativo, debido sobre todo al abuso del uso de prácticamente las mismas imágenes de archivo y a conversaciones largas que no aportan información nueva. Igualmente, a pesar de que Peter Pérez es el protagonista del documental, su desarrollo como personaje no acaba siendo profundo. Existe un momento de catarsis final, pero no se ofrece una conclusión clara sobre el impacto de este viaje en Pepi.
Aunque es cierto que la cinta logra emocionar al espectador, todos estos problemas de ejecución -sobre todo el último de ellos (falta de cierre concluyente)- generan cierta desconexión con el resultado final.
Larissa I. López
https://www.youtube.com/watch?v=3Uff79CLx74&ab_channel=Cinecon%C3%91