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Personal Assistant

Caratula de "Personal Assistant" (2020) - Pantalla 90

Crítica

Público recomendado: +13

Un buen productor musical es como un tallador de diamantes, trabaja con un material previo al que le imprime forma y puede acabar dándole un valor incalculable. Este es el sueño de Maggie (Dakota Johnson), no tallar diamantes, sino canciones. Pero mientras no consigue este sueño -y si no cambia la suerte- es la asistente personal de Grace (Trace Ellis Ross) una diva del r’n’b (esa gloriosa mezcla de pop, blues y soul). La carrera artística de Grace se haya en una difícil encrucijada debido a su edad y a su escasa creatividad musical en los últimos años.

Maggie vive, a su vez, su particular encrucijada, ha cumplido el sueño de trabajar para su estrella, pero organizar su agenda, su vestuario y su dieta no puede compararse con las vibraciones que genera una buena grabación de estudio. Se desvelará por sacar adelante, frente a todos, su faceta de productora, y en el camino hará de catalizadora de artistas y de muchas otras cosas insospechadas, no sin antes pisar todos los callos posibles, más por las complejidades de la vida que por mala voluntad.

Grace es el éxito y el glamour, pero también la soledad y las dudas de las acciones de un pasado que ha dejado sus cicatrices. Su manager, Jack (Ice Cube), hombre duro, curtido y antipático, es a fin de cuentas el bastión de lealtad a la artista, y el realista en un mundo de sueños y engaños.

La cinta explora también, con un equilibro admirable, temas como la edad, el género y la raza, pero todo ello alejado de simplificaciones maniqueas y de gruesas concepciones ideológicas. No hay lucha de géneros, ni complejos de culpa colectiva que hundan sus raíces en el pasado.

Todos los personajes tendrán que encontrar su sitio, pues la fama, el vértigo, el dinero, el glamour, o la aspiración a todo ello son dioses que exigen un caro tributo: una vida solitaria o rota. Maggie, sin saberlo, va a estar en el corazón de muchas soluciones. Si uno ha echado ya su solicitud para entrar en el “Club de los enemigos de los finales felices”, esta, claramente, no es su película.

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