Por un puñado de besos 
Público recomendado: Jóvenes
Tras el descalabro de Mentiras y gordas (David Menkes y Alfonso Albacete, 2009) el cine español estaba obligado a levantar cabeza porque no se podía caer más bajo. Sin embargo, el realizador madrileño David Menkes ha hecho lo imposible por hundirse aún más en el fango al dirigir ahora -sin su habitual co-director Alfonso Albacete- la insulsa historia amorosa de Por un puñado de besos, que no hay por donde cogerla. Basada en la novela juvenil Un poco de abril, algo de mayo, todo septiembre, del escritor barcelonés Jordi Sierra y Fabra, la adaptación al cine del también guionista español supone un grave error en su filmografía.
Por un puñado de besos cuenta la historia de Sol (Ana de Armas), una joven veinteañera, mona, que decide empezar su vida de cero y cambiarla completamente. Para ello decide arriesgarse en el amor, y tras pensarlo, pone un anuncio en un periódico buscando a su media naranja. Encontrar a su chico ideal y al amor de su vida le parece algo imposible, pero Dani (Martiño Rivas) responde al anuncio y se arriesgan a quedar.
Desde el primer momento de la cita sienten una conexión especial y se enamoran. Nacerá entonces un profundo y apasionado romance cuya balanza equilibrará el amor de ella y las mentiras de él. ¿Pero hasta qué punto un amor completamente desconocido y un puñado de besos puede alterar la vida de alguien?
Por un puñado de besos resbala a cada instante, tanto en la forma como en el fondo. Tal vez estemos ante un drama juvenil o ante una comedia absurda. Tal vez no lo sepa ni el propio David Menkes. Y es que en esta supuesta trama romántica se quiere abordar también el asunto del seropositivismo, cuya propuesta argumental queda coja, es oportunista, está metida con calzador y la mirada que ofrece sobre el asunto es poco afortunada, por decirlo suavemente. O dicho de otro modo: existe una dicotomía absoluta entre el tema que se nos presenta y la estética empleada en la película, que acaba por convertirse, inexplicablemente, en un filme videoclipero sin alma ni sostén.
Ni los popularísimos actores televisivos protagonistas, Martiño Rivas y Ana de Armas, tienen química suficiente en la pantalla, lo cual lastra aún más la pesada historia de amor. En este caso, no sólo se ha producido un error fuerte en el casting sino una ausencia absoluta en la dirección de actores que, de algún modo, dejan al descubierto las limitaciones actorales de estos jóvenes, cuyo mayor reclamo es lucir palmito.
Al tono farragoso de ese falso romanticismo contribuye la fallida estructura de la película, bastante abrupta, sus diálogos inverosímiles -escritos en lenguaje para preadolescentes- que los actores veinteañeros los hacen aún más ridículos, un montaje chirriante y una dirección, en general, muy de aficionado, muy torpe. Sólo el diseño de fotografía y los originales títulos de crédito del arranque son lo mejor de Por un puñado de besos.
Queda pues, tocada y hundida, esta historia sentimentaloide -que se quiere tomar en serio- populachera, sin rumbo ni criterio, de amores confundidos, alambicada, sin chicha ni sentido, que rebaja sustancialmente el nivel del cine español y que, inexplicablemente, estuvo presente en la sección oficial del pasado Festival de Cine de Málaga. Ver para creer y alimentar el mal gusto.
José Luis Panero
Ficha técnica:
(Por un puñado de besos, España y Venezuela, 2014)
Dirección: David Menkes
Interpretación: Ana de Armas, Martiño Rivas, Marina Salas, Megan Montaner, Joel Bosqued, Alejandra Onieva, Jan Cornet, Andrea Duro.
Duración: 98 min.
Género: Drama romántico