R.I.P.D: Departamento de Policía Mortal 
Público recomendado: Jóvenes-Adultos
El cineasta alemán Robert Schwentke (Plan de vuelo: desaparecida, 2005; Tatoo, 2002) desnaturaliza la intención de la novela de Peter M. Lenko -en la que se inspira el filme-, y termina fracasando al servir una burda comedieta de serie B -sobre los excesos- que a lo sumo contiene ciertas trazas narrativas al estilo de la saga Men in Black (1997-2002, 2012), que no son capaces de estilizar ni el oscarizado Jeff Bridges ni los solventes Ryan Reynolds o Kevin Bacon.
R.I.P.D.: Departamento de Policía Mortal sigue los pasos de Nick Walker y Roy Pulsipher, dos policías especiales. Nick acaba de morir, pero es llamado para trabajar con Roy, un agente que murió hace cientos de años. Ambos forman parte del “Rest In Peace Department”, que se encarga de perseguir a los demonios que habitan en el mundo de los vivos y de mandarlos al infierno.
A Nick le cuesta hacerse a la idea de su condición de muerto, y no acepta estar alejado de su esposa, a la que envía reiteradas señales para que perciba su presencia. Al menos, gracias a su empleo post mortem, el joven agente intentará averiguar la identidad de su asesino.
No nos salen las cuentas. ¿Cómo es posible que esta película, con un presupuesto de 130 millones de dólares, sin contar la promoción, se convierta en un fiasco de pies a cabeza? Vamos a ello.
Estructuralmente, el guión carece de nexos, se pasa de una acción a otra sin orden ni concierto. De este modo, las escenas se acaban y arrancan otras sin saber qué ocurrió con las primeras. Argüir, como hemos hecho, que comparte el protagonismo de una pareja de agentes en busca de monstruos y alimañas a lo MIB, tal vez sea insultar a Will Smith y Tommy Lee Jones.
En cuanto a sus personajes, el actor Ryan Reynolds no termina de perfilar el carácter del suyo hasta convertirlo en uno aburrido, dado que su interpretación de policía cansa al hacerse tan torpemente el sorprendido. El otro intérprete que tiene un papel “importante” es Kevin Bacon, el villano de turno que prepara un golpe maestro, reuniendo trozos de oro para invertir el curso de la vida entre el cielo y la tierra. O dicho de otro modo: el director Robert Schwentke ha dotado de amable simplonería a villanos insípidos, sin alma, y nunca mejor expresado. Y salvo los diálogos del otro policía, que encarna Jeff Bridges -una caricatura abigarrada de sí mismo-, el resto son un despropósito fílmico.
R.I.P.D.: Departamento de Policía Mortal, no obstante, tiene algunos efectos especiales que gozan de cierta dignidad y que contribuyen a crear esa nueva atmósfera apocalíptica -una variante, digamos, de western crepuscular en horas bajas- de la que nunca se desprende el cine hollywoodiense del momento, reconvertido aquí en una especie de metáfora de la propia película: la historia no habla del apocalipsis, sino que llega a él a base de saturación.
R.I.P.D.: Departamento de Policía Mortal es un disparate que va más allá de la posmodernidad, no se toma en serio, e incluso alardea de un cierto desaliño que la convierte en una especie de serie B hipertrofiada, como ya nos habíamos referido antes. Porque lo que realmente ocurre con R.I.P.D.: Departamento de Policía Mortal es que no se soporta a sí misma, porque a todo se le concede la misma importancia. O lo que es lo mismo: un producto de usar y tirar, de nuestro tiempo, un cine de quita y pon. Y quizá sea eso lo que nos merecemos.
José Luis Panero
Ficha técnica:
(R.I.P.D.: Rest in Peace Department, Estados Unidos, 2013)
Dirección: Robert Schwentke
Interpretación: Jeff Bridges, Ryan Reynolds, Kevin Bacon, Mary-Louise Parker, James Hong, Robert Knepper, Stephanie Szostak, Devin Ratray, Mike O’Malley, Marisa Miller
Duración: 96 min.
Género: Comedia de acción